Para nadie es novedad que la llegada de la electrificación a la industria automotriz se ha convertido en el mayor cambio de paradigma del sector en toda su historia. De hecho, ha supuesto multimillonarias inversiones de parte de los fabricantes y de los gobiernos, tendientes a ofrecer las condiciones necesarias para masificar -en principio- los parques de autos híbridos enchufables y eléctricos 100%. En esa ruta también han ido surgiendo otras alternativas -a medio camino entre el auto a combustión y el EV- de las que te contamos en esta nota, detallándote sus beneficios/contras y poniéndote ejemplos reales de qué auto cabe dentro de cada categoría:
Mild Hybrid Electric Vehicle (MHEV)
Corresponde al vehículo más cercano a un auto de motor a combustión o, en otras palabras, al de menor grado de electrificación. Se lo conoce como microhíbrido, de hibridación ligera o híbrido suave y combina el tradicional propulsor térmico con un pequeño motor eléctrico que asiste a la conducción en momentos puntuales y sirve también como un motor de arranque.
Por su naturaleza, no necesita de una recarga exterior y, en el fondo, el fin último de la ingeniería de un MHEV se centra en mejorar el consumo de combustible. Son ejemplos de este tipo de vehículos los Suzuki Swift y Ertiga o el nuevo Land Rover Defender.
Hybrid Electric Vehicle (HEV)
De menos a más en el grado de electrificación, asoman los automóviles híbridos convencionales. Tiene dos fuentes de potencia, con un motor principal a combustión y un conjunto eléctrico dado por una batería y un motor que sirven de apoyo en diversas situaciones.
Tampoco requiere de un enchufe de carga y por eso se conocen como ‘híbrido sin recarga exterior’. Se trata de vehículos de bajas emisiones y de reducido consumo de combustible, especialmente en ciudad. Son ejemplos de vehículos HEV la recién lanzada Maverick Hybrid, el Toyota Corolla Cross Hybrid o los Haval H6 y Jolion HEV.
Ni en los MHEV ni en los HEV se habla de autonomía en modo 100% eléctrico, ya que recién a partir de los híbridos convencionales es posible moverse únicamente con el motor eléctrico, aunque bajo condiciones muy específicas (como una salida y a muy baja velocidad).
Plug-in Hybrid Vehicle (PHEV)
Como el auto HEV, el Plug-in Hybrid Vehicle (o híbrido enchufable) combina un motor a combustión con un motor eléctrico y baterías. La diferencia radica en que tanto el bloque eléctrico como la pila son de mayor capacidad y que pueden recargarse parcialmente mediante la conducción (como el freno regenerativo), pero necesitan también de una conexión directa a la electricidad, tal cual un EV.
La gran ventaja de este tipo de vehículos es que es el conductor quien elige si realmente quiere recargar la batería conectado a una toma de corriente (que incidirá directamente en la economía de combustible y en emisiones contaminantes bajas). Si no quiere enchufar el vehículo jamás, puede también hacerlo perfectamente. Son ejemplos de este tipo de opción el Peugeot 3008 PHEV y los Volvo XC60 y XC90 T8.
Battery Electric Vehicle (BEV o simplemente EV)
Es el mayor grado de electrificación en un automóvil. Aquí el vehículo solo funciona con baterías -y con uno o más motores eléctricos- y se recarga solo conectándolo directamente a la red eléctrica (y en menor medida, con el uso de la energía producida en las desaceleraciones).
Es el tipo del vehículo al que apunta la industria automotriz mundial y tiene la desventaja de requerir mucho más tiempo que los cuatro o cinco minutos que necesita un automóvil con motor térmico para recargar (incluso puede extenderse hasta las 11 horas con tomas domiciliarias estándar) y que un enchufe es la única manera de rellenar las baterías. Son ejemplos de este tipo de autos el nuevo hatchback Ioniq 5, la camioneta Maxus T90 EV, el furgón Peugeot e-Partner o el minibús Volkswagen ID.Buzz.
Tanto los BEV como los PHEV se miden por su autonomía, expresada en kilómetros. Eso sí, actualmente los híbridos enchufables pueden rodar en modo EV entre 80 y 100 km. Los EV, por su parte, son capaces de hacer entre 200 y 700 km, según el modelo y la citadas capacidades de las baterías. El espectro por ahora es bastante amplio.
Extended Range Electric Vehicle (EREV)
Este vehículo está impulsado exclusivamente por uno o más motores eléctricos y que cuenta con un motor a combustión interna para proveer de energía eléctrica al sistema de almacenamiento. En otras palabras, el bloque térmico nunca interactúa en la tracción misma del auto.
En el fondo este tipo de vehículo mezcla lo mejor de dos mundos, porque el automóvil es la mayoría del tiempo silencioso y, además, tiene la performance propia de los autos eléctricos (potencia y torque instantáneos), pero también se beneficia de una gran autonomía y de no requerir nunca de un enchufe de carga. El ejemplo por excelencia de este tipo de autos, es el Nissan X-Trail e-Power.
Fuel Cell Electric Vehicle (FCEV)
Es un vehículo que utiliza el hidrógeno como fuente de energía para moverse. Tiene una pila de combustible, depósitos de hidrógeno, uno o más motores y un convertidor de la energía de propulsión.
La grandes ventajas del auto con pila de hidrógeno respecto de un EV, son que para recargar tarda prácticamente lo mismo que un automóvil que reposta en una estación de servicio y, adicionalmente, que la autonomía también es muy similar a la de un auto convencional. Es igualmente un auto silencioso.
¿El ejemplo? El Toyota Mirai que la marca japonesa exhibió en Chile en enero (pero que no está a la venta).
Algunas precisiones…
Finalmente, habrá que decir que los autos a hidrógeno, los eléctricos 100% e incluso los Plug-In Hybrid tienen por ahora valores más bien privativos para la mayoría de los consumidores. Luego, la escala va bajando desde los eléctricos de rango extendido, pasando por los híbridos convencionales y finalizando en los microhíbridos.
Por otra parte, la legislación chilena establece incentivos para autos eléctricos e híbridos enchufables, los que desde 2023 están exentos de pagar Permiso de Circulación por un plazo de dos años. Para el tercer y cuarto año se cobrará el 25% del gravamen; durante el quinto y el sexto se aumenta a la mitad; y al séptimo y octavo año se tendrá que pagar un 75%. Este beneficio no aplica para ningún automóvil sin una toma de corriente.
¿Qué te parecen las alternativas electrificadas que existen a día de hoy? ¿Tienes a tu favorita?
