Hyundai Kona: un buen eslabón en la línea evolutiva eléctrica de la marca surcoreana

Nos subimos al Kona EV de Hyundai, el crossover de cero emisiones que aterrizó el año pasado en Chile, apostando por un look que rebosa de atrevimiento.

por José Ignacio Gutiérrez
Hyundai Kona

Ponerse al volante de un auto eléctrico por una semana, resulta siempre una experiencia interesante (y distinta) desde varios puntos de vista. El primero, sin duda tiene que ver con la armonía que uno halla a bordo de un EV, ya que al ser un vehículo que no suena ni vibra  permite moverse relajado incluso estando inmerso en el denso tráfico de hora punta en Santiago. El segundo, porque la industria automotriz eléctrica es una que va desarrollándose y avanzando mucho más rápido de lo que lo hicieron por décadas los autos con motor térmico. Así, subirse y conducir por varios kilómetros un EV es, de algún modo, ir descubriendo siempre ‘cositas’ que uno va anotando con gusto en la libreta. Hay que estar muy atento para que no se escapen…

Hyundai Kona

En Ruta Motor esta vez nos pusimos al volante del Hyundai Kona, un crossover 100% eléctrico que claramente no es parte de los EVs de ‘vieja escuela’ de la marca surcoreana, esa iniciada por el recordado liftback Hyundai Ioniq, pero que tampoco pertenece a su camada más reciente, esa otra que tiene como flamantes exponentes a los archipremiados Ioniq 5 e Ioniq 6. El Kona –que llegó a Chile hace un año exacto– está a medio camino, siendo justamente la transición entre esos dos mundos. Entendiendo aquel contexto, es que salimos a ver qué tal se desenvolvía este Kona EV Premium con motor delantero de 150 kW y un paquete de baterías de 64 kWh de capacidad.

Lo primero que habrá que decir, es que este Kona de Hyundai es un crossover perteneciente al segmento B (o subcompacto). Mitad auto, por su tamaño; y mitad familiar, por su aspecto de aventurero, tiene cotas más bien contenidas. Mide 4.205 mm de largo, 1.800 mm de ancho y 1.570 mm de alto, con una batalla de 2.600 mm. Es un vehículo -y en esto acusa su ya cierta veteranía- que nació en 2017 como un modelo de motorización a combustión y que un año más tarde recibió adicionalmente la alternativa 100% eléctrica. A eso se suma que en 2020 la marca le introdujo un lavado de cara.

Hyundai Kona

Estéticamente, por el frente el Hyundai Kona es dueño de una impronta moderna y en gran medida minimalista. Tiene faros a doble nivel, con luces DRL LED a la altura de la unión con el capó (funcionan indistintamente como señalizadores) y focos principales bajos -también con tecnología LED- que en el borde exterior terminan por contornear los pasos de rueda del eje delantero. Estos son, como se dijo, rasgos que van muy por el lado del vanguardismo, lo que se confirma nuevamente con la ausencia de una grilla propiamente tal. En resumen, se está en presencia de una vista delantera muy limpia.

Hyundai Kona

De costado hay más rasgos atrevidos, si se quiere, en este Kona EV. El capó en forma de caparazón, un voladizo trasero cortísimo y unos pasos de rueda bien contorneados -y que no utilizan las protecciones negras que llevan el 99% de los SUVs- son los mayores sellos distintivos del modelo producido en Corea del Sur. En segundo plano -aunque igual suman- quedan entonces las llantas bitono de 17 pulgadas, las ventanillas traseras tinteadas y un recatado diseño triangular negro en el pilar C, que sirve para dar realce al spoiler en la vista trasera.

Hyundai Kona

Por la zaga, el Kona se hace novedoso otra vez con luces separadas. Arriba, coronando la linea de cintura que viene del lateral, están los faros que actúan como posición y freno, en tanto que abajo, dándole contorno ahora al paso de rueda trasero (ya se habló del voladizo corto), asoman la luz neblinera a la izquierda, la de retroceso a la derecha y los intermitentes en ambos lados. El maletero es con portalón de apertura manual y aloja 332 litros (tiene un plumavit con recovecos debajo del piso para guardar los cables que se enchufan en la toma delantera).

El Hyundai Kona, puertas adentro

Al interior, la primera sensación es de buena materialidad, especialmente sentado en el puesto del conductor. El volante más allá de ser de ajuste telescópico, como en casi todos los modelos de gama media hacia arriba, está forrado en piel y tiene un tacto muy confortable. Posee a la izquierda mandos para controlar funciones de audio y de llamadas y, a la derecha, para establecer el control crucero adaptativo y sus propios seteos, como la elección de la distancia que se guarda con el resto de los autos (es un modelo muy bien equipado en términos de asistencias a la conducción).

Si bien la pantalla central táctil es pequeña (de 8″), compensa con una fácil y rápida interfaz, que se acompaña de botones y dos perillas que facilitan su uso. El mismo concepto de simpleza se palpa en la consola central, que se presenta elevada y que aloja el climatizador dual, el que, a su vez, se ajusta con mandos análogos: una perilla a la izquierda para la temperatura y otra a la derecha, para la velocidad del ventilador. Luego, otro set de cuatro botones sirven para elegir las marchas (D, P, N y R). Más retrasado, casi pegado al apoyabrazos central se encuentran switches para activar las funciones de ventilación o calefacción de las butacas delanteras y, en el centro, las teclas para los modos de conducción (Normal, Sport, Eco y Eco+), además del Autohold. Bajo la consola hay una bandeja para dejar objetos y también dos tomas de 12 voltios. Habrá que hacer el punto en que la tapicería no es de cuero, como podría pensarse en un vehículo de este precio ($ 50.390.000), sino que está confeccionada en materiales reciclables. De todos modos, es confortable y da buena sujeción, con zonas laterales lo suficientemente prominentes para ese fin. Los dos asientos delanteros son de ajuste eléctrico y cuentan con soporte lumbar. Destacan los dos pedales en aluminio.

En la segunda fila es donde el Hyundai Kona paga más caro sus ajustadas dimensiones y el mismo hecho de que las butacas delanteras estén más bien retrasadas. Esto, porque son asientos cómodos, sí; pero que tienen enfrente poco espacio para las rodillas. Hay un apoyabrazos central con dos posavasos y una única toma USB de tipo A en la extensión de la consola. No hay salidas de aire traseras y el sunroof (que se agradece para la primera fila) tampoco llega hasta quienes aquí viajan.

A manejar

Obviando todos los conceptos propios de la conducción de un auto eléctrico -como la respuesta rápida del acelerador o el repetido silencio de la rodadura- al Hyundai Kona lo percibí como un vehículo comodísimo para moverse por la ciudad, principalmente por su reducido tamaño, que permite ir cambiándose rápido entre carriles en caso de ser necesario (o sea, casi siempre). Las asistencias, como el monitor de punto ciego, el asistente al mantenimiento de carril, la alerta de tráfico cruzado o el frenado autónomo de emergencia, están en general bien calibradas y resultan siempre un respaldo por si algo saliera mal. Me pareció una gran idea que la voz de los mapas (utilizo Waze) salgan a través de los parlantes traseros, sin interrumpir la música o la radio que se esté sintonizando. Los demás deberían copiarlo.

Hay cosas que sí me parecieron mejorables: la primera, el tema de la calefacción. Un día que salí a probar de noche quise poner más temperatura al habitáculo, fijé el climatizador en 23º, 24º y 25º y me me pareció simplemente que el calor nunca llegó. También me hubiera gustado mayor grado de retención en la frenada, una concesión de parte del conductor que ya es casi la norma en los EV y que uno ha aprendido a valorar con el tiempo, a sabiendas de que así está ayudando en esa lucha constante por mantener a raya la carga de las baterías y, por tanto, la autonomía. En este Kona se está lejos de un manejo de un solo pedal, porque justamente la frenada regenerativa es débil en cualquiera de los ajustes. Esto mismo incide negativamente en que si se conduce en carretera, el panel de instrumentos va mostrando una autonomía que en la práctica no se apega tan fielmente a la realidad: una día que marcaba 260 km de autonomía, lo conduje 100 km más o menos a velocidad constante y, al llegar, el mismo visor marcaba 80 km de remanente. La batería cercana al 40% se desplomó al margen del 12%

En síntesis, me parece que por su look jugado y con sello propio, y por su buena performance en el uso citadino, este Kona resulta ser un compañero ideal para moverse en el día a día. Si se lo piensa como un vehículo para hacer muchos km a 120 km/h y acompañado además de la familia o de los amigos, lo ya dicho, seguramente habrá varias mejores alternativas. Me pareció que este crossover de primera generación, ya saliente en la gama global de Hyundai, ha sido el paso necesario -el eslabón de la cadena, si puede llamarse así- que la marca surcoreana necesitó para luego dar el salto a los ahora exitosos EVs montados sobre la plataforma e-GMP. De este se sacaron muchas cosas en limpio y al final de eso se trata. De evolucionar. Hyundai lo sabe bien y por eso está corriendo tan rápido… 

Ficha Técnica Kona EV Premium:

  • Motor: eléctrico sincrónico / delantero
  • Potencia: 150 kW / 201 Hp
  • Torque: 395 Nm
  • Batería: ion-litio de 64 kWh
  • Autonomía: 400 km
  • Transmisión: automática de un cambio
  • Largo: 4.205 mm
  • Ancho: 1.800 mm
  • Alto: 1.570 mm
  • Dist. entre ejes: 2.600 mm
  • Llantas: aleación 17″
  • Neumáticos: 215/55
  • Precio de lista: $ 50.390.000

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