Probablemente te habrás fijado varias veces que en los bordes de los parabrisas hay una pintura negra, que tiene unos puntitos del mismo color en el lugar de transición al área transparente del vidrio. Esto no es mera casualidad, ya que tiene su razón de ser.
Antiguamente los parabrisas se sujetaban con soportes mecánicos que se cubrían con una tira cromada para darle un acabado parejo, y que además actuaba como material sellante. Actualmente los parabrisas van pegados con adhesivos industriales, que le dan una mayor firmeza, mejor aislación y duran más tiempo. Pero este adhesivo no tiene una buena terminación estética, para lo cual lo tapan con esa pintura negra especial, que cubre los bordes y protege al adhesivo de los rayos UV para evitar su deterioro en el tiempo.
¿Y los puntitos negros? Estos cumplen dos funciones. Primero es una función estética, ya que ayudan a crear una gradiente entre el área completamente negra del vidrio y la sección transparente. Además en algunos vehículos actúa como parasol en la parte superior del parabrisas.
La segunda función es más importante, ya que es parte del proceso de fabricación del vidrio. Al entrar al horno para darle la curvatura ya van pintados, y la zona con pintura negra toma una temperatura mayor más rápido que la zona transparente del vidrio. Para que la diferencia de temperatura no sea tan brusca y provoque alguna distorsión óptica se utilizan esos puntos, que ayudan a que la diferencia de temperaturas no sea tan brusca ni tan repentina. Interesante, ¿no?
