El Batimóvil, General Lee, los autos de Greese, El Auto Fantástico, ¿te suenan?, todos son creaciones del genial maestro del tuning, George Harris (89 años), un creador ligado al mundo de la televisión y el cine desde los años sesenta. Son más de seis décadas que Barris ha creado vehículos prácticamente a la medida. Además de esas joyas televisivas, Barris es el responsable del tarro del auto de Los Beverly Ricos, el Black Beauty de El Avispón Verde y de muchos más. Todos ellos y muchos, muchísimos más, fueron creación de este genio que comenzó a personalizar automóviles con su hermano Sam en la década de 1940.
Barris nació en Chicago, en 1925. Su familia se mudó a Sacramento, California, tres años después, y él y su hermano mayor se apasionaron por el diseño de autos, tanto de madera como de plástico. Sus padres estaban en el negocio de los hoteles y restaurantes, y aunque querían que sus dos hijos siguieran sus pasos, ambos se dedicaron a los autos.
El Buick 1925 de su familia necesitaba algo de trabajo; Barris, de 13 años, pidió a sus padres que le permitieran hacer algunos cambios. Y así partió su pasión, el tuning (cuando nadie lo hacía). «En aquel entonces no había tiendas personalizadas», cuenta Barris.
Fácil y visionario a la vez. Se vistió, tomó un poco de dinero y partió a la ferretería más cercana. Compró pintura y brochas, y pintó algunos detalles en el auto. Pero se le ocurrió algo mejor para mejorar el aspecto del auto. Partió a una tienda cercana, «Woolworth» y compró unas ollas y sartenes para colocarlos en las llantas. La idea era que se viene mejor, único. Consiguió su primer trabajo a los 15 años, cuando alguien le ofreció USD $10 por transformar las luces de un antiguo vehículo para darle un aspecto de «ojos de gato». El tiempo transcurrió y Barris comenzó ganar fama en talleres; decoraba autos de sus amigos, pero nadie lo contrataba.
EL CAMBIO DE LA SUERTE
Todo cambió cuando su familia se mudó entonces a Los Ángeles, donde conoció a una banda de automovilistas que pasaba su tiempo en el cine local (más conocidos antes como autocine). Un día, un hombre de un estudio cinematográfico que había escuchado que Barris ayudó a personalizar autos, le pidió que lo ayudara con una película llamada High School Confidential!, de 1958. Así comenzó su relación con Hollywood.
A principios de la década de 1960, CBS le pidió a Barris crear una chatarra para una nueva serie llamada Los Beverly Ricos. «Encontré un Ford 1922 en una tienda fuera de la carretera Interestatal 10 en Los Ángeles; el dueño le había quitado la parte trasera y había colocado un compartimento para guardar paja», recuerda Barris. «Lo compré, lo arreglé e hice espacio para la mecedora de la abuela, y así fue».
Su el programa fue La Familia Monster. «Tomé tres Modelo T de Ford y los uní para hacer un solo Modelo T de seis puertas. Nunca se había hecho algo como eso”, dice. “Después agregué terciopelo rojo como el que está dentro de un ataúd, faroles y faros, telarañas en las llantas y manijas de ataúd». El auto también tenía 10 carburadores que sonaban como salidos de una pista de carreras.
Probablemente, el auto más famoso de Barris es el Batimóvil. Aún tiene la forma original de la serie de televisión de 1966, completada con el volante con forma de herradura, el escape flamante y la palanca Bat-Turn.
En los años siguientes se encargó de hacer los coches para Fireball 500 –una cinta sobre carreras de Stock Cars-, The Silencers o “The Car” (1977, un clásico), una película de «terror automotriz» en la que un Lincoln Continental Mark III aterrorizaba a todo que circulaba por una solitaria carretera de Utah.
Pero, probablemente, los autos de George Barris más inmortales durante aquella época sean los que produjo para series de TV y muchos de los que les personalizó a estrellas como Zsa Zsa Gabor, Bob Hope, Elton John, Dean Martin, Elvis Prestley o John Wayne. Con los años, las creaciones de George Barris se han hecho tan famosos que no necesitan presentación.
Por poner un ejemplo, hace justo un año, decidió subastar la primera unidad que produjo para la serie de televisión Batman de los años 60, el precio del primer Batimóvil alcanzó los USD $4.5 millones. Quizá, lo mejor que tiene tanto el primer Batimóvil como el resto de los autos que George Barris ha fabricado a lo largo de su carrera es que son plenamente manejables y por supuesto unos clásicos de siempre. ¿No lo crees?
