Para Jaguar Land Rover no han sido tiempos fáciles (igual que al 90% del mundo). Las ventas durante el año pasado bajaron en total un 24%, siendo el mayor impacto en Jaguar con un 37%, por lo que han debido tomar medidas drásticas para tratar de dar vuelta la situación.
Lo primero es reordenar sus planes a corto plazo, para optimizar el uso del dinero. Entre las primeras medidas está el cancelar el desarrollo de la plataforma modular MLA, con la que iban a fabricar vehículos eléctricos y con motor a combustión. Esto significa que el SUV J-Pace de Jaguar, al igual que el SUV de Land Rover (conocido hasta ahora como Road Rover) han sido cancelados. Otro caído es el reemplazo del XJ de Jaguar, que también se iba a fabricar con esa plataforma.
Esto significa que Jaguar no tiene una plataforma futura para sus modelos, por lo que utilizará las existentes de Land Rover, así como una futura hecha sólo para modelos eléctricos o híbridos, utilizando parte de lo avanzado con la cancelada plataforma MLA. Difícil se le pone el camino, especialmente para Jaguar, que hasta hace no mucho anunciaba que para el 2030 sería una marca sólo de vehículos eléctricos.
