El Alfa Romeo Giulia TZ celebra sus 60 años de vida

Entre 1963 y 1965 se fabricaron en Udine apenas 121 unidades de un automóvil icónico, que hoy roza el millón de euros. ¿Por qué TZ? Son las siglas de Tubolare Zagato.

por José Ignacio Gutiérrez
Giulia TZ

Es el sueño de la mayoría de los amantes de los autos deportivos: tener un vehículo de carreras, pero adaptado para ser utilizado también en la calle. Esa especie de utopía se hizo realidad hace 60 años con un modelo muy especial en la historia de Alfa Romeo: el Giulia TZ (Tubolare Zagato), un pequeño coupé biplaza del que se fabricaron únicamente 121 ejemplares. No por nada hoy es uno de los ‘alfas’ más cotizados en el millonario mercado de los clásicos.

Giulia TZ

Los primeros proyectos que dieron vida al Giulia TZ se iniciaron a fines de la década del 50, para crear un digno sucesor del Alfa Romeo Giuletta SZ. La idea era que recogiera sus virtudes en los circuitos y aprendiera de sus defectos, haciendo hincapié en aspectos como la aerodinámica, de modo que el auto también fuera competitivo en la categoría Super 1600.

El entonces director de Alfa Romeo, Orazio Satta Puliga, reunió a lo mejor de la industria italiana en ese momento: convocó a Giuseppe Busso, como ingeniero a cargo de la supervisión de los motores, a un joven Ercole Espada -entonces en Zagato- firmando el inconfundible diseño de la carrocería; y a la empresa aeronáutica SAI Ambrosini, que sería responsable de la fabricación de los innovadores chasis tubulares de acero, tratados con cromo y níquel, que dieron nombre al modelo Tubolare Zagato.

Giulia TZ

El resultado fue un automóvil de apenas 3.9 metros que destacó por su ligereza: 660 kilos, de los que solo 62 kg corresponden al bastidor. Bajo el capó se adecuó una mecánica sencilla: un motor bicilíndrico de 1.57 litros con dos carburadores Weber que desarrollaba 112 caballos, que se convertían en 160 CV en las versiones preparadas para la competición. Podía alcanzar una velocidad máxima de 215 km/h que podía reducirse sin demoras gracias a que el contaba con frenos de disco. La suspensión, por su parte, era independiente en las cuatro ruedas.

Además del peso, se trabajó a fondo la aerodinámica logrando una superficie de sustentación innovadora, caracterizada por su zaga de tipo Kammback, que corta bruscamente la línea de la carrocería para poner aún menos obstáculos al aire.

Giulia TZ

Por si estas proezas de la técnica y el diseño no parecían suficientes, la marca del Biscione volvería a la carga dos años después con una segunda generación del modelo, bautizado como Alfa Romeo Giulia TZ2. Más baja, ancha y aún más liviana que su antecesor, recurrió a la fibra de vidrio para marcar 620 kilos en la báscula. Con un estilo más agresivo, solo se produjo como auto de competición. Estaba equipado con un novedoso motor 1.6 DOHC con lubricación por cárter seco y encendido de chispa doble que ofrecía una potencia de 170 caballos y una velocidad final de 245 km/h.

Su palmarés deportivo ayudó a cimentar la leyenda del TZ: con victorias en las ediciones 1966 los Mil Kilómetros de Monza, las 12 Horas de Sebring y la Targa Florio, además de un triunfo en Nürburgring la temporada siguiente.

¿Qué te parece esta efeméride de uno de los Alfa Romeo más pequeños, pero a la vez animados de la historia? ¡Coméntanos!

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