Una ley universal de la física dice que «La energía no se crea ni se destruye, sólo se transforma«. Eso lo han aprovechado las marcas automotrices en los últimos años, capturando energía perdida en los gases y frenos, con sustemas turbo o frenos regenerativos.
Audi está trabajando para aprovechar además la energía perdida en la suspensión, con un nuevo sistema que han llamado «eROT», donde los amortiguadores tradicionales son reemplazados por unos electromecánicos rotativos, donde el movimiento rotativo del brazo de amortiguación, a través de un juego de engranes, un motor eléctrico y mucha magia, se transforma en energía eléctrica usada para alimentar la batería.
Según las pruebas que han hecho, recuperan en promedio entre 100 y 150 watts en calles y carreteras alemanas, y cerca de 610 watts en caminos laterales en mal estado. Esperan implementar este sistema en futuros vehículos híbridos o eléctricos de la compañía, aunque todavía no hay fechas. Quizás estamos frente a la solución de la crisis energética, ya que si se instalara una flota de vehículos con ese sistema en Chile, con el estado de las calles podríamos decir adiós a represas y centrales termoeléctricas.