Citroën anunció una exclusiva sesión fotográfica con ocho de los más icónicos 2 CV. ¿La locación? El Conservatorio de Citroën, situado a las afueras de París. ¿El motivo? La clásica citroneta se acerca a cumplir 75 años desde que fuera presentada en la Ciudad de la Luz un 7 de octubre de 1948. Diseñado en la Rue du Théâtre, firmado por el italiano Flaminio Bertoni y puesto a punto en el centro de pruebas de La Ferté-Vidame, en la región de Eure-et-Loir, el entonces peculiar 2 CV exhibe un recorrido excepcional: se produjeron un total de 5.1 millones de unidades, incluyendo 1.2 millones de furgones 2 CV (el padre del actual Berlingo). El último Citroën 2 CV salió de la fábrica de Mangualde, en Portugal, 42 años después de su lanzamiento, a las 16 horas un 27 de julio de 1990.
Como es bien sabido, el 2 CV debe su nombre a sus antecesores nacidos a mediados del 30 y que llevaron un motor que desarrollaba precisamente dos caballos de potencia (2 chevaux, en francés). Para julio de 1949, cuando arrancó la producción en masa de la citroneta, ya se configuró con un motor bicilíndrico enfriado por aire, de 375 cc que entregaba 9 caballos. Alcanzaba una velocidad máxima de 50 km/h y llegó para revolucionar el mercado automotriz europeo, al convertirse en una alternativa económica y versátil (gracias a su naturaleza de tracción delantera era de muy fácil mantenimiento). Resulta curioso que en su desarrollo de entreguerra se tuviera como meta que el automóvil cargado con un canasto con huevos atravesara un campo recién arado sin que ninguno de ellos se reventara.
A tanto llegó su popularidad, que para mediados del siglo pasado las entregadas podían demorar incluso seis años. Las casi cuatro décadas que estuvo en producción hablan de un hecho innegable: la citroneta fue un modelo atemporal que terminó convertido en un verdadero social y que hoy es uno de los automóviles más cotizados entre los coleccionistas de todas partes de mundo, especialmente aquellos peculiares como el nacido en Chile.
En el caso local, el 2CV inició su historia a mediados del 50 cuando comenzó a ensamblarse en Arica. El ingenio criollo -movido fuertemente por la misión de bajar la tasa impositiva para que el auto fuera competitivo- hizo que surgiera el peculiar 2 CV con maletero (inexistente en el resto del mundo), que la marca bautizó como Citroën 2 CV AZU y que los chilenos comenzaron a llamar ‘citroneta’, por la unión de las palabras Citroën y camioneta. Este apodo se traspasó rápidamente a toda la gama del 2 CV, incluso a la versión con caída de techo convencional. La producción nacional finalizó en 1979 y la firma de los chevrones acabó con las importaciones en 1983.
Además, el Citroën 2 CV recorrió carreteras de todo el mundo gracias a varios rallies organizados por la propia marca, como el París – Kabul – París de 16.500 km en 1970, el Raid París – Persépolis (la capital del Imperio Persa) de 13.500 km en 1971 o el Raid África de 8.000 km de Abiyán, Costa de Marfil, a Túnez en 1973.
¿Y tú qué recuerdos tienes de este entrañable modelo que acompañó a tantas familias chilenas? ¡Coméntanos!
