[Contacto en México / PARTE I] Porsche Panamera Gen3: El caballero alemán llega a la región con renovados atributos

En Ciudad de México, la metrópolis más poblada de América Latina, la firma deportiva de Stuttgart destapó para esta parte del mundo el tercer capítulo de su fórmula más sobria. En Ruta Motor lo vivimos no solo en una divertida ruta de 150 kilómetros por carretera, sino que también pudimos pisarlo a fondo en circuito, en el marco del World Road Show. Y es que mucho de señor tendrá, pero a los hechos: lleva adelante el escudo y un motor Porsche...

por José Ignacio Gutiérrez
Panamera Rutamotor

Era 2009 cuando Porsche ponía en escena el Panamera, su primer deportivo -que sin ser un SUV (entonces solo existía el Cayenne)- estuvo dotado de una carrocería de cuatro puertas. Desde hacía años la marca venía probando en sus laboratorios distintas alternativas -con absoluto hermetismo, por cierto- y el cambio de folio fue visto como el momento propicio para reforzar el line-up y poner un buen broche a los citados ensayos.

Panamera

¿Pudo alguien haberlo tildado como ‘menos Porsche que el resto‘? Solo los más atrevidos, porque incluso con el nombre la compañía dejaba patente el pedigrí de su más reciente integrante. Corresponde a una abreviación de la Carrera Panamericana, la demandante prueba que a inicios de los años 50 unía México de norte a sur por 3.300 km y donde Porsche cimentó buena parte de la reputación que hoy tiene en Norteamérica. Aquí mismo, en pleno corazón del país azteca, Porsche introdujo la 3ª generación del más señorial de su camada… porque al final de cuentas Porsche también es mucho de eso, de detalles tan sutiles que a veces podrían confundirse con el azar, pero que no lo son. En su historia hay infinidad de ejemplos.

Camino de Tepoztlán

El primer encuentro con el Panamera lo tengo con su versión más domesticada y es en el Porsche NOW La Roma, el nuevo concepto de tiendas pensado para reunir a clientes y potenciales dueños de un Porsche. Este store no es precisamente un concesionario, sino que es una especie de oficina co-work donde se puede estar, comer, trabajar y/o tomar reuniones virtuales, rodeado de una especial atmósfera con ropa, autopartes y accesorios oficiales Porsche. La idea viene de Europa y a partir de ahora va a seguir replicándose en otras ciudades de Latinoamérica.

El único modelo expuesto es el Panamera, la versión de acceso y que podría llamarse la más conservadora de la nueva generación. Y es que claro, si se va a las motorizaciones, es el impulsado por el motor V6 2.9 litros de 353 caballos y 500 Nm, ‘pequeño’ al lado del aclamado V8 4.0 litros del Panamera Turbo E-Hybrid, peeeeero… este es también el único miembro de la renovada familia que es de tracción trasera puro, más a la vieja escuela. Y por supuesto que ‘jala’, como dicen en México.

En este corte -en tono blanco y con el ‘2’ en el parabrisas- nos aventuramos a la ruta hacia Tepoztlán, un pueblo colonial entre medio de montañas, por donde hace cinco siglos pasó y dejó su huella el conquistador Hernán Cortés. Me toca compartir el Panamera con un colega panameño y en definitiva es él quien toma el volante. Salimos en caravana y vamos poco a poco dejando atrás el tráfico del Distrito Federal (que es toda una problemática aquí) para pasar a una carretera de doble calzada con una serie de curvas y contracurvas en subida y bajada que hacen de la ruta algo movido, pero entretenido. La detención para el cambio de conductores es lo que espero con ganas. Ya viene.

panamera

Paramos en una estación Pemex y me quedo con la llave. La guardo en mi bolsillo izquierdo. Cada quien tiene sus rituales. Tiempo para pasar al baño y listo. Seteo el asiento todo al piso y… ¡Ahora sí es mi turno!, porque -otra vez- por más caballero que se presente este Panamera, no hay manera de que se goce más como pasajero que como conductor (que es lo que sucede muchas veces e incluso proponen modelos de otras marcas premium). Este es un Porsche.

Panamera

Es habitual que en México no haya vías de aceleración, tanto en las autopistas como también en las estaciones de servicio. Esto que a priori es un poco inexplicable y que casi siempre sería un problema, en este caso es un pelo bien chico de la cola. El Panamera sin apellidos sí jala. Y también suena. No es ni de cerca el bramador 718 GT4 RS que manejaremos al día siguiente, pero el V6 puesto delante del cockpit tiene sus cositas y, además, en esta nueva generación trabaja en un hábitat más amigable, porque los ingenieros alemanes agrandaron la grilla para permitirle mayores bocanadas de aire fresco. Así, no se complica para entregar su peak de músculo a las 5.400 rpm en una curva que no afloja cuando se le estira más allá, porque, de hecho, es plana hasta la barrera de las 7.000 vueltas. Ya de regreso en la carretera y con el grupo bien compactado, que dicho sea de paso es lo que recalcan siempre los instructores de Porsche, enfrentamos la otra tanda de virajes. Estas son las mías.

Luego del auto guía, el nuestro es el segundo Panamera en una fila de seis. Las cuatro primeras curvas las siento como cuando me senté a la mesa en México: son un poco para ir tanteando y analizando qué se puede y qué no. Porque lo que aquí también siempre se advierte es que uno no puede pecar de confiado. «No te vayas a enchilar«, dicen, una frase común a la que viene pegada la historia de algún visitante incauto que alguna vez se ‘enchiló’. No quiero ser ese, pero tampoco el que no pruebe nada por miedo al picor. Todo en su justa medida.

Superada la cata, me decido a entrar con más decisión en las curvas. Qué bien escogida esta ruta, pienso. PLA rules! (Porsche Latin America). Le pido a mi colega centroamericano que me grabe conduciendo y, en esa tarea, me doy cuenta de que al auto ‘1’’ ya lo llevo demasiado pillado. Me doy la licencia y señalizo. Esta curva a la derecha y en bajada que viene no me la quería perder: hay que tomarla como se debe, como la vida misma. Sin medias tintas.

Cuando llegamos a Tepoztlán, el escenario es el siguiente: las calles son adoquinadas, realmente estrechas y están en pendiente. ¿No siempre existieron los autos? Mediante la pantalla central táctil, elevo al máximo la suspensión neumática del Panamera. No es que se vuelva un 4×4 como un Ford Bronco, pero ayuda para no golpear el chasis en ninguno de los baches o ‘topes’ (lomos de toro). Las esquinas son otro desafío que no me hubiera perdonado no superar. Llegamos a la Posada del Tepozteco, una hacienda donde miramos la ciudad desde la parte más alta. El instructor guía me pregunta qué me pareció el nuevo Panamera. ¿Qué podría responder? Me gustó, le digo. «Igual dan ganas de acelerarlo todavía más, pero había un auto justo adelante que decía STAFF«, agrego. Ríe y dice… «claro que sí, al que estáff prohibido adelantar. Eso significa«.

A la vuelta no tengo suerte. Mi colega toma el auto en Tepoztlán y la detención para el relevo de conductores queda suprimida. Lo avisan por radio. Hay que entrar en CDMX antes del horario punta, un propósito para el que grupo además apuró el ritmo. Tristeza. Pero queda todavía una jornada.

Este vivencial continuará con la Parte II…

Actualización del 24 de abril de 2024:

[Contacto en México / PARTE II] Porsche Panamera Gen3: El caballero alemán llega a la región con renovados atributos

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