Ya estamos cada vez más cerca de el fin de los autos a combustión tal como los conocemos, para ser reemplazados totalmente por autos eléctricos. Varios países han puesto fechas límite para dejar de vender autos a combustión, lo que se pensaba que sería el primer desincentivo para dejar de comprar este tipo de vehículos.
Pero la realidad es otra: la debacle del automóvil que usa derivados del petróleo como combustible comenzó el 2018. Un reciente estudio de Bloomberg reveló que fue el año 2017 el peak de ventas en a nivel mundial, con cerca de 86 millones de unidades vendidas, mientras que en el mismo año los autos eléctricos apenas llegaron al millón de unidades vendidas.
Después del 2017, la tendencia fue una baja en las ventas, que se vio reforzada por la pandemia y las dificultades logísticas y de producción, mientras que la de autos impulsados por baterías sigue aumentando. De acuerdo a las estimaciones y proyecciones de ventas, la cantidad de vehículos a combustión interna se mantendrá relativamente estable a nivel global, pero a partir del 2016 comenzará una baja en la cantidad circulante, mientras que los automóviles con motores a batería los pasarán en número y seguirán creciendo.