Dicen que una de las máximas de los buenos conductores, es saber qué se tiene entre manos para determinar también cuáles son los límites: qué se puede hacer y que no. Y hay cosas básicas, como el tipo de tracción o la potencia de un auto. Pues ello no parece haber sido tema para un conductor, quien, a bordo de un Citroën Ami se dio el gusto de transitar por las célebres curvas de Mónaco. El problema es que lo hizo sin importar las características del pequeño eléctrico galo y terminó volcando aparatosamente en una de las curvas más complicadas del Principado.
El incidente se produjo en la horquilla del Grand Hotel, una de las curvas más exigentes de todo el calendario de la F1 -se le conoce como Loews o Faimont- donde ya los monoplazas están obligados a reducir incluso a 50 km/h. El conductor del Ami, sin tener claro aquello, puso al EV por encima de sus limites. El Citroën Ami es un vehículo que en Europa no se considera como automóvil, propiamente tal, de modo que puede ser manejado por personas con 15 años cumplidos y que posean un carné especial (dependiendo del país).
Hay que recordar que el particular Ami de Citroën es un eléctrico biplaza de 2,4 metros que pesa menos de 500 kilos y que está movido por un único motor delantero de 8 Hp. Desarrolla una velocidad máxima de apenas 45 km/h y recorre 75 km en el mejor de los casos. El vehículo se produce en Kenitra, Marruecos.
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