A exactos dos años de que Nissan presentara el deportivo Z, sucesor del legendario Datsun Fairlady de fines del 60, los japoneses vuelven a la carga para poner en escena el Nissan Z Nismo, la versión salida de la división Nissan Motorsport y que, por tanto, se ubicará como tope de gama entre los Z hechos para la calle. El Nissan RZ34 (así es su nombre de laboratorio) crece en potencia y torque, pero -pará desazón de algunos- estará disponible únicamente en una transmisión automática de nueve relaciones.
El comunicado de Nissan detalla que las mejoras no solo residen bajo el capó, sino que también han alcanzado al seteo de la suspensión, a los frenos, a los elementos aerodinámicos y al ancho y tipo de compuesto de las ruedas. En el interior los elementos innovadores más importantes son los botones de encendido y de modos de manejo en tono rojo anodizo, asientos Recaro de ajuste manual y tapizados en cuero y un volante forrado en alcántara y marcado en la posición 12 en punto (suponiendo que fuera un reloj).
En efecto, para trasladar mejor la potencia al piso, el Z Nismo emplea unos neumáticos Dunlop SP Sport Maxx GT600, tomados del Nissan GT-R Nismo. El eje trasero (el que tracciona) tiene neumáticos 285/35 R19. Un punto destacado, es que pese a que las ruedas son más grandes, al mismo tiempo resultan ser más ligeras que las que calzan el Z Performance, que lo antecede en el portafolio. Esto se logró gracias al uso de llantas ultraligeras, explica el comunicado de prensa.
En el primer tramo del chasis, el Z Nismo lleva el conocido motor V6 twin-turbo de 3.0 litros, pero que ahora desarrolla 420 caballos (+20 Hp, respecto del Z convencional) y 521 Nm de par (+46 Nm) entre 2.000 y 5.200 rpm (en el Z base el peak está entre 1.600 y 5.600 rpm). La marca explica que las mejoras en las cifras se han conseguido a través de una combinación entre mejor refrigeración del propulsor, una revisada electrónica que mejora la actuación de los turbocargaodores y una estrategia de temporización de encendido de bujías independiente, inspirada también en el GT-R Nismo. Asimismo, se mejoró el enfriamiento del aceite para una conducción más desenfadada en la pista.
La transmisión es una automática de nueve marchas, tal como se ofrece en el Z común, pero que ha recibido una recalibración para mostrarse más rápida y dinámica, con especial foco en el comportamiento en circuitos. La firma de Yokohama asegura que el tiempo en rebaje de cambios se ha recortado casi a la mitad y que la función Launch Control también entrega una aceleración más acentuada.
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