La Asociación Nacional Automotriz de Chile publicó su informe de julio, que dio cuenta de que en el séptimo mes se comercializaron 23.051 automóviles livianos y medianos, acumulando en lo que va de año 182.262 inscripciones. Esto se traduce en una caída del 40% en el primer mes del segundo semestre (julio vs julio) y del 30% en el periodo enero a julio (en 2022 se totalizaban 260.759 facturaciones).
De acuerdo con Anac, este pobre desempeño golpeó a los cuatro segmentos que la entidad agrupa. Los vehículos de pasajeros disminuyeron 45% en julio, las camionetas bajaron 44%, mientras que los comerciales (-38%) y los SUVs (-35%) hicieron lo propio en el mismo mes, en comparación con el mismo periodo del año anterior.
La entidad gremial ajusta así sus proyecciones para el ejercicio 2023, que ahora sitúa en torno a las 320 a 340 mil unidades. «Estas cifras, con todo, continúan enmarcándose dentro de un desempeño de normalidad para un año con dificultades económicas, en línea con la tasa promedio histórica del sector automotor, es decir, sobre las 300 mil unidades«, dice el documento emitido a última hora de este miércoles.
Toyota, firme en la punta
La marca japonesa Toyota anotó otro mes en el liderato. La firma de Aichi inscribió 2.105 unidades en julio, lo que le dio un 9,1% de participación de mercado. Le siguieron para completar el Top 5 Hyundai (1.791 unidades y 7,8% de market share), Chevrolet (1.639 facturaciones y 7,1% de la torta), Suzuki (1.438 patentamientos y 6,2% de participación) y Peugeot, con 1.345 inscripciones y 5,8% del mes.
El vehículo más vendido del mes fue la camioneta argentina Toyota Hilux, que anotó 854 unidades salidas de concesionarios.
¿Un 2024 peor?
Anac advierte que las estimaciones para 2024 podrían ser aun más negras, en el caso de ratificarse el adelanto de la norma de emisiones Euro 6c. Dice que de producirse la entrada en vigencia podría caerse a las 260 mil unidades comercializadas durante el año, con meses que podrían rozar apenas las 10 mil unidades. Esto, resalta, sería motivo de «la menor oferta disponible ante la restricción técnica que supone adelantar las motorizaciones Euro 6c en un año, versus lo planeado por los fabricantes en el extranjero que ya estaban trabajando para que el país dé dicho salto en 2025«.
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