[Contacto en Brasil] Scania anticipa la tecnología Súper, la de los camiones más fuertes y eficientes del clan

La nueva generación de camiones producida en São Bernardo do Campo, debutará a inicios de 2024 en el país en sus versiones carreteras y para trabajo fuera del asfalto. Tiene el motor de 13 litros más capaz del mercado, el que -según la marca sueca- garantiza un ahorro de combustible de hasta 8%.

por José Ignacio Gutiérrez

«Camiones hacen los otros. Nosotros hacemos Scania«. Ese es el eslogan que vi toda mi niñez en una publicidad en la Ruta 5 Sur y que, por ende, siempre se me viene a la cabeza cada vez que veo pasar un camión -frontal o trompudo- con el reconocible grifo en la parrilla (es el logo de la marca, inspirado en un ser mitológico mezcla de un águila y un león, tomado a su vez de escudo de la región de Skåne). ¿Soberbia o ánimos de diferenciación? Son dos interpretaciones que uno puede hacer libremente, pero lo cierto es que en Brasil -donde fuimos invitados exclusivos para conocer la nueva generación de camiones Súper de Scania- todo fue precisamente en la línea de ser distintos y de resaltar esa condición.

Scania

Scania dice haber reinventado en parte lo mejor de sí para ofrecer esta vez un nuevo motor de 13 litros con la mayor capacidad de torque de su clase, combinada con un ajuste en los consumos de combustible en hasta 8% (comparado con su predecesor, bajo mismas condiciones). «¿Cómo no se nos ocurrió antes?«, decía en broma uno de los ingenieros brasileños que -en la previa de las pruebas de manejo on-road y off-road a las que fuimos invitados (ver video principal)- detallaba también el apartado técnico de la nueva transmisión Opticruise, que ahora es más robusta, pesa 80 kilos menos y sepulta definitivamente los mantenimientos por intervalos.

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La aventura en la gran megalópolis que es São Paulo arrancó a la mañana siguiente de nuestro arribo al Aeropuerto de Guarulhos. En la sede de Scania, emplazada en el municipio de São Bernardo do Campo -e inaugurada en 1962 como primer centro productivo fuera de Suecia-, fuimos testigos de cómo la marca da vida a los vehículos pesados que luego sortean las exigentes rutas de la región, cargados con 45 toneladas y más. En la entrada de este complejo de 400 mil m2 hay un bonito detalle: están pintados en un mural un Scania Bavis sesentero -de los primeros trompudos que se fabricaron aquí- y un tractocamión moderno, que arrastra un semirremolque articulado.

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El paseo por la fábrica toma cerca de tres horas y en él va quedando claro el avance de la tecnología en los procesos, porque finalmente el rol de los ingenieros queda más bien relegado a la supervisión y al control de calidad. El resto, soldaduras de carrocería, aprietes de chasis con el torque justo, calibración de motores y unión de todas las partes del vehículo, está entregado a los robots. La injerencia humana vuelve a ser vital recién cuando el camión ya armado toca por primera vez el piso: es la hora de darle arranque y llevarlo a estacionar. Así pasa 110 veces al día y más de 3 mil veces por mes.

Scania Súper, por superlativo

¿Por qué un nuevo motor a combustión interna hoy? Parecería una pregunta atendible, sobre todo cuando todo -o casi todo- gira en torno a la electrificación. No es que Scania vaya a contracorriente, porque la marca está inserta en línea de la carbono neutralidad, la que se ha trazado como meta a 2050, tanto para sus propios procesos de producción como así también para el tipo de vehículos que pondrá en la calle para la citada mitad del siglo.

Pero para ese fin no hay un solo camino, dicen desde la compañía sueca, y por ello es que se señalan tres pilares clave para ir acercándose paulatinamente al objetivo: en primer lugar, la búsqueda de la eficiencia energética; en segundo, el transporte inteligente a través del uso de datos y, tres, una mezcla entre la utilización de combustibles renovables y la electrificación. «Para una región una solución buena puede ser A, mientras que, para otra, resulta ser C. Hablamos de un futuro ecléctico«, explicaba Christopher Podgorski, CEO y presidente de Scania en América Latina. Importan en definitiva la reducción de gases de efecto invernadero e igualmente el costo operacional para el transportista. Por eso es que en Scania inflan el pecho cuando dicen que ofrecen todas las alternativas que los mercados demanden: camiones a gas natural, a diésel, a biodiésel, a biometano, a hidrógeno y también 100% eléctricos.

Así, de la primera pata, la de la eficiencia energética, es de donde se desprende la nueva creación de la marca: la tecnología ultraeficiente Scania Súper. El nuevo camión -en configuraciones rígidas o tractor, para carretera o faena, con dos, tres o más ejes- promete no solo la mayor potencia y torque para un motor turbodiésel de 13 litros y de seis cilindros en línea, sino que también es hasta un 8% más criterioso en el uso del combustible. ¿Cómo lo logra?

El flamante corazón Scania, que produce hasta 560 caballos y 2.800 Nm de par máximo, goza de un 50% de eficiencia térmica, posicionándose inmediatamente como el líder del sector. En ello incide directamente el hecho que sus cilindros trabajen a una presión que llega hasta los 260 bares (se modificó incluso la culata). Por su parte, la adopción de un nuevo sistema de doble inyección de urea garantiza el cumplimiento de la norma de emisiones Euro 6, lo que viene siendo la regla en los países más exigentes en materias medioambientales. Eso, como se dijo más arriba, está muy en línea con lo que Scania busca seguir en los próximos años.

En el resto de la cadena cinemática, las cajas de transmisiones Opticruise G25 y G33 ahora son más pequeñas -con cerca de 20 cm menos en largo-, hasta 80 kilos más livianas; pero son a la vez más robustas y están libres de mantenimientos por kilometraje. Los depósitos de combustibles también recibieron atención y esta vez, junto con que su ubicación modular que permite un mejor equilibrio del camión, aprovechan hasta el 95% del diésel que dispongan (antes no superaba el 90%), lo que se traduce ineludiblemente en una mayor autonomía.

Finalmente, el conjunto conformado por el freno de motor CRB y el retardador, ambos opcionales, permiten que el Scania Súper opere prácticamente sin que el conductor deba recurrir al freno de servicio (apenas debe mover una varilla en la columna de dirección, que tiene cinco posiciones), incluso en aplicaciones tan exigentes como el rubro forestal o minero. En definitiva, su fuerza combinada alcanza el equivalente a 1.140 caballos y más de 5.000 Nm de torsión, más que doblando la potencia y el torque que la unidad necesita para ponerse en marcha a plena capacidad. Así, sería de perogrullo detenerse a explicar el ahorro de componentes que supone el no accionar el freno de pedal.

Prácticamente en su feudo, el más importante históricamente fuera de Suecia, Scania adelantó lo que pronto estará disponible también en Chile. Para llegar a la exigente meta de la carbono neutralidad, la marca nórdica postula a este Súper como el eslabón más apropiado, el que verdaderamente hacía falta…

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