El gigante japonés Nissan anunció oficialmente su salida del mercado de Rusia, en un acuerdo aprobado este martes y que da luz verde a la venta de todas las operaciones de la compañía a NAMI, el Instituto de Investigación, Desarrollo y Motores de ese país. Según declara la marca integrante de la alianza Renault-Nissan-Mitsubishi (los franceses se habían ido en mayo), se desprende a partir de ahora de su planta de San Petersburgo y de sus oficinas de ventas y de marketing emplazadas en la capital Moscú.
Esta es una profundización de las medidas que Nissan había adoptado en Rusia, a partir de marzo pasado cuando -tras la invasión de Ucrania- suspendió sus operaciones en ese mercado euroasiático. Nissan dice que su acuerdo de venta con NAMI establece que sus ahora ex trabajadores tendrán protegidos sus puestos de trabajo por al menos 12 meses. Tal como sucedió cuando el Grupo Renault enajenó sus operaciones en Rusia, este movimiento permite que Nissan pueda re adquirir las operaciones dentro de los próximos seis años (a la espera de que el contexto mejore).
El retiro de Nissan tendrá un impacto económico de 100 mil millones de yenes (US 680 millones) y los balances finales se informarán después de una evaluación adicional inmersa en los resultados de 2022. «En nombre de Nissan, agradezco a nuestros colegas rusos por su contribución al negocio durante muchos años. Si bien no podemos continuar operando en el mercado, hemos encontrado la mejor solución posible para apoyar a nuestra gente«, dijo en un comunicado de prensa el presidente y director ejecutivo de Nissan, Makoto Uchida.
A fines de septiembre fue Toyota -otra de las compañías japonesas y además el primer productor mundial de automóviles- la que se fue del mercado ruso.
