Una nueva arista se abrió para la industria automotriz con la guerra en Ucrania, ya que la cadena de suministros se verá interrumpida especialmente para fabricantes europeos, por el cierre de una fábrica ucraniana que hace partes vitales para los vehículos.
Se trata de Leoni, una marca alemana de cables eléctricos pero que tiene su fábrica en la parte oeste de Ucrania, que cerró de forma indefinida por la guerra. El problema es que esta fábrica es el proveedor principal de los cables de control y energía que utilizan muchos fabricantes europeos (principalmente alemanes), lo que ha afectado seriamente su cadena de suministros para poder continuar con la producción.
Por esto tenemos el caso de BMW, que detuvo la producción de forma momentánea en cuatro plantas, y cambió los turnos en otras dos más, para poder ajustarse a la demanda y la disponibilidad de materiales. El grupo Volkswagen también ha sido fuertemente golpeado, que también han detenido la producción o ralentizado el ritmo de fabricación para poder usar de mejor manera los elementos disponibles. Incluso desde Audi anunciaron que dejarán de tomar órdenes de compra de híbridos enchufables, que son los que utilizan buena parte del sistema de cables generales por la combinación de plataformas motrices.
Por ahora no sabemos si otras marcas se verán afectadas con esto, pero ahora es cuando se tiene que instalar un cartel gigante en el desierto con espacio disponible para instalar una planta de fabricación de cables, ya que materia prima hay de sobra.
