La noticia había surgido como rumor cinco años atrás y terminó por materializarse a inicios de este 2023: Mazda volvería a producir el motor rotativo, ahora para que actúe como generador de energía para el MX-30, el nuevo SUV de naturaleza Plug-In Hybrid. Pues, este 22 de junio la planta Nº 1 de Ujina, en Hiroshima, dio el inicio formal a la producción a gran escala de dicho propulsor, poniendo así fin a 11 años de hiato desde que en junio de 2012 se discontinuara el recordado Mazda RX-8. La firma japonesa seguirá incrementando entonces la producción de sus motores Wankel, que ya se acerca a la cifra de 1.99 millones (debutó en el Mazda Cosmo de 1967).
El MX-30 PHEV que lleva este motor se presentó en enero pasado y tiene especial enfoque en el mercado europeo. El vehículo cuenta con una autonomía de 85 km en modo 100% eléctrico y el bloque rotativo entra en funcionamiento para extender dicha distancia tanto como sea necesario. En el fondo, el modelo puede recargar sus baterías mediante un enchufe o también a través del motor térmico, por lo que Mazda subraya que este tipo de vehículos forma parte de su acercamiento a las múltiples soluciones que propone para alcanzar la carbono neutralidad.
Como antecedente, desde fines del 60 Mazda ha tenido impregnado el ADN de los motores con rotores y sin cilindros. Su máxima hazaña con su lógica a contracorriente de la industria automotriz la consiguió en 1991 cuando el Mazda 787B de motor rotativo ganó las 24 Horas de Le Mans, convirtiéndose la firma de Hiroshima en la primera japonesa en celebrar en la tradicional carrera de resistencia del norte francés.
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