Los incendios de vehículos eléctricos se está transformando en un tema que cobra relevancia día tras día, ya que lentamente aumenta su presencia en las carreteras, pero no así la preparación ante una emergencia con este tipo de vehículos, particularmente por los incendios en sus baterías, que son mucho más complejos de contener que en un auto tradicional.
La razón está en que es un incendio que se debe tratar como si fuese de un químico en lugar de uno tradicional (es decir, no se combate con agua), puede durar mucho más tiempo en llamas, y los componentes de la batería tienen la mala costumbre de volver a encenderse de forma aleatoria; de hecho hay casos documentados en que los restos de autos eléctricos chocados e incendiados deben quedar aislados porque han vuelvo a prenderse en llamas hasta dos semanas después del primer incendio.
Y un auto eléctrico es justamente el principal sospechoso de un incendio del barco Freemantle Highway, que transporta desde Alemania hacia Egipto cerca de 3000 vehículos, 25 de ellos eléctricos. Este incendio significó la muerte de uno de los tripulantes, varios otros heridos, y ha forzado a que más tripulantes salten al mar para escapar del fuego.
Este nuevo caso de incendio de auto eléctricos seguramente traerá más de alguna consecuencia. A raiz de lo peligroso de este tipo de incendios, en enero de este año unas compañías navieras noruega ya avisaron que no transportarían más vehículos eléctricos, a raíz del potencial riesgo que implican.
