Este viernes 24 de febrero Peugeot festeja las cuatro décadas de uno de sus modelos más recordados del último medio siglo: el pintoresco Peugeot 205. El subcompacto -antecesor de la saga 206, 207 y el actual 208– nació como el punto final del Proyecto M24 que buscó reemplazar al veterano Peugeot 104. El ‘doscientos cinco’ hoy es apuntado como el auto que le quitó el traje de empaquetado a la firma parisina y estuvo en producción hasta el 1998 cuando Peugeot asestó su otro gran golpe: el 206.
Peugeot dice que el legado del 205 es, ante todo, la historia de los hombres y mujeres que lo diseñaron. Y esa está estrechamente ligada a la de Jean Boillot, miembro del Consejo de Administración de Peugeot a finales de los 70. Fue él quien «en un momento difícil para la empresa, concibió el ambicioso proyecto de comercializar un utilitario pequeño que fuera mucho más que un auto urbano. Quería un vehículo polivalente, tan cómodo en la ciudad como en la carretera, asequible y capaz de transportar a una familia pequeña… en resumen, un Peugeot que lo tuviese todo«.
En lo técnico, el Peugeot 205 supuso la entrada de la firma en la era automotriz moderna. En particular, fue el primer Peugeot que incorporó barras de torsión en el eje trasero para ampliar el espacio del habitáculo. También es el primero que introdujo la nueva familia de motores XU, concretamente el XUD7, unos cuatro cilindros de 1.769 cc y 60 CV que convirtió al 205 en el primer diésel francés del segmento B y, sobre todo, en el primer diésel pequeño que ofrecía unas prestaciones equivalentes a las de sus homólogos de gasolina, pero con un consumo muy inferior (25,6 km/l).
Asimismo, otro de los puntos que destaca en su éxito la marca de Stellantis, dice relación con la amplia gama de motores con que terminó ofreciéndose el Peugeot 205. De hecho, si se va a los números, el hatchback fue entre los 45 caballos en su versión más recatada, hasta los 200 en el 205 GTI. La cúspide del 205 sirvió de base para el Peugeot 205 T16 de rallies (creado para el legendario Grupo B), uno de los primeros monstruos de la división Peugeot Sport. La marca francesa también se dio tiempo para crear elegantes versiones, como los cortes Lacoste o Gentry.
El número sagrado
Desde 1983, el año de irrupción, el Peugeot 205 mantuvo una estrategia de marketing acorde con sus cualidades. La campaña de lanzamiento se bautizó con el sobrenombre de ‘número sagrado’ y la idea caló hondo: los anuncios que lo utilizaban tenían gran efectividad y eran muy adecuados para la época, como aquel en el que un avión del ejército perseguía y bombardeaba el Peugeot 205 en un lago helado. Era un anuncio dirigido por Gérard Pirès, quien en 1998 dirigiría la película Taxi, cuyo protagonista conducía un Peugeot 406.
Finalmente, el pedigrí deportivo del 205 no puede pasarse por alto. En el año de su debut, el bólido ganó tres pruebas del WRC para luego allanar los títulos consecutivos de 1985 y 1986 de Peugeot como Constructor. Al fin abrupto del Grupo B -los autos eran auténticos demonios difíciles de guiar, con una razón de peso-potencia absurda y habían provocado graves accidentes- Jean Todt, jefe de Peugeot Sport, propuso llevar el coche a la disputa del Rally París-Dakar. ¿El resultado? El Peugeot 205 ganó consecutivamente las ediciones de 1987 y 1988. El querido 205 cerró por fuera en 1998 con más de 5,2 millones de unidades producidas.
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