Con una variedad tan grande de marcas y modelos, existe algo para prácticamente todos los gustos en el mercado. Por eso si alguna marca quiere destacarse sobre el resto, debe ir a la atención a los detalles. Mazda optó por seguir esa senda, con unos pasos más adelante.
Las luces led se han logrado masificar en el mercado, y ya vienen de fábrica en casi toda la iluminación del vehículo. Sus ventajas son muchas, como el bajo consumo de energía, muy poca generación de calor, y su vida útil mucho mayor que la iluminación convencional. Pero para Atsushi Yoshida, líder de diseño de iluminación de Mazda, el encendido y apagado instantáneo en intermitentes lo hace sentir «frío y digital».
Por eso es que diseñaron un sistema para hacer pulsar la iluminación de los intermitentes como si fuese el latir de un corazón, algo que se encontraron mucho más difícil de lo que creían inicialmente. Para lograrlo estudiaron hasta electrocardiogramas, y se dieron cuenta que el proceso de encender y apagar lentamente un led era más difícil de lo que estimaban.
Para lograr el efecto, a los led le dieron incrementos de luminosidad cada 0.01 segundos. Tardaron dos años en perfeccionar el efecto, ya que inicialmente sería estrenado en el Mazda 3, pero no lograron llegar a fecha, por lo que su estreno se hizo finalmente en el CX-30.
