«Quien no conoce su historia está condenado a repetirla». Aquella famosa frase también es aplicable a la industria automotriz, donde algunas marcas imitaron fórmulas que previamente fueron un fracaso, y obtienen el mismo resultado. ORA, una submarca de Great Wall orientada a autos eléctricos, lanzó al mercado dos copias del Volkswagen Beetle clásico, el Punk Cat y el Ballet Cat, siendo este último orientado específicamente al público femenino, algo que otras marcas intentaron y fracasaron.
El problema es que ese equipamiento orientado a la mujer termina siendo casi ofensivas para los estándares actuales. El más notorio es el Modo de Hombre Tibio (nombre que seguramente proviene de una mala traducción del chino al inglés, y del inglés al español), pensado para esos días en que está en su período, y que consiste básicamente en subir el climatizador a una temperatura más alta. Eso lo explican porque en esos días, la mujer puede sentir frío y «pánico» o ansiedad, y el abrazo tibio de un hombre es reconfortante…
Otro elemento exclusivo del Ballet Cat es la caja de maquillaje que está en un «espacio secreto sólo para ellas», y el espejo bajo el parasol con iluminación led en forma de aro, pensado para iluminar la piel y mejorar el efecto del maquillaje. Esto lo corona la cámara para selfies preinstalada, que puede subir automáticamente las fotos a redes sociales.
El Ballet Cat también tiene el modo «Vientos y olas» pensado para mal tiempo, que al toque del botón sube los vidrios, activa los limpiaparabrisas, ajusta las luces y el climatizador con desempañante, y aumenta la distancia con el vehículo adelante si es que se tiene activado el control crucero adaptativo.
Pero quizás el que peor se puede interpretar es el Modo de Conducción Femenina, donde aparecen una serie de facilidades para la conducción, como el uso del control crucero adaptativo, comandos por voz para estacionar o para reversa, entre otras ayudas rápidas.
