Citroen tiene como hito la suspensión hidroneumática, una mezcla de sistema mecánico e hidráulico para hacer uno de los arreglos de suspensión que garantizaban un viaje muy suave, absorbiendo prácticamente todos los baches y deformaciones del camino (que hasta fabricantes como Rolls Royce se lo compraron para sus vehículos), pero relativamente costoso, y ridículamente complejo de reparar, lo que hizo que fuese relegado a algunos modelos tope de gama, y finalmente descontinuado.
Pero con el nuevo tope de gama de Citroen, el C5 X, le dieron una vuelta de tuerca a esto para diseñar la nueva “Advanced Comfort Active Suspension», una nueva versión de la suspensión hidroneumática combinada con amortiguadores controlados electrónicamente para variar la respuesta. De esta forma logran reproducir el efecto de «alfombra voladora» para los caminos con muchos baches, y también dar la firmeza suficiente a la suspensión cuando se tiene una conducción más deportiva.
La suspensión activa tiene tres modos de funcionamiento: Normal, Comfort y Sport. Para «leer» el camino, cada rueda tiene un juego de siete sensores, que miden posición de altura y velocidad, y que determinan como debe responder el amortiguador o la dureza que deben presentar. Por eso es que también los resortes que equipa son uno de los más blandos del mercado, ya que el amortiguador es quien finalmente hace el trabajo principal de absorber y disipar la energía de los baches.
