¿Te acuerdas del bombástico Toyota GR Corolla presentado hace un año, del que incluso la marca creó una edición especial de 200 unidades con especificaciones solicitadas por el propio Akio Toyoda, ex presidente de Toyota? Pues ahora la firma japonesa convertida en primer productor mundial de automóviles vuelve a la carga con el hatchback compacto, pero en una versión más que especial: llevó hasta el circuito de Fuji el primer GR Corolla impulsado por hidrógeno líquido, como dando cuenta de sus avances en esta materia y que en el futuro podrían llegar incluso a las competencias motorsport. Los motores a combustión no deben morir, es la cruzada que promueve Toyota…
La marca de Aichi subraya que ya sus GR Corolla habían competido en carreras de la Super Taikyu, en Japón, utilizando hidrógeno gaseoso en pruebas que arrancaron en 2021. La diferencia es que ahora un GR Corolla hizo acto de presencia con un propulsor a base de hidrógeno líquido. El vehículo participó en tres sesiones, simulando condiciones reales de competición, como el hecho de compartir la pista con otros vehículos y la necesidad de repostar en los momentos indicados.
El piloto Masahiro Sasaki explicó el reto de la compañía. «Estamos luchando por hacer posible un futuro para el motor de combustión interna, una tecnología considerada inviable por algunos, y estamos llevándolo el terreno ignoto de los -253°C. Aunque quedan aún varios obstáculos por superar -como con el hidrógeno gaseoso- esperamos la agilidad del desarrollo conseguido en los circuitos acabe reflejándose en los automóviles de uso cotidiano«.
Mientras continúa el desarrollo, el equipo se propone competir en la temporada 2023 de la serie Super Taikyu, que arranca ahora mismo en marzo. Esto permitirá intensificar el trabajo para ampliar las opciones de combustible en aras de una sociedad neutra en carbono, dice Toyota en un comunicado de prensa.
Hasta el año pasado, los Toyota Corolla a base de hidrógeno funcionaban con el combustible en estado gaseoso (tal cual el experimental GR Yaris H2 de rallies). En general, la posibilidad de utilizar un combustible líquido multiplica la densidad energética por unidad de volumen e incrementa la autonomía.
En el caso del hidrógeno gaseoso, los depósitos se llenan a alta presión y, por lo tanto, deben ser cilíndricos. Sin embargo, cuando el combustible está en estado líquido, no es necesario que los estanques estén presurizados. En el futuro, los depósitos de combustible podrían tener la forma que más convenga para montarlos bajo el piso del vehículo, lo que ofrece el potencial de mejorar la estructura del vehículo.
¿Qué te parece esta especie de cruzada de Toyota por hacer del motor térmico un invento para toda la vida? ¡Coméntanos!
