Durante casi los primeros 15 años del siglo 21, el Bugatti Veyron se instaló como amo y señor absoluto de la industria automotriz; un deportivo concebido para romper marcas y sin restricciones, que logró mantenerse por mucho tiempo como el «deportivo a vencer» por el resto de la industria que buscaba un lugar dentro del exclusivo segmento de hiperdeportivos.
Pero en el último tiempo pequeños fabricantes le empezaron a complicar la existencia, «pegándole en la oreja» cada vez que presentaban un nuevo deportivo. El más llamativo fue el caso de Rimac, un minúsculo fabricante croata de hiperdeportivos eléctricos, que ha logrado romper marcas y ganar un espacio entre los Top 3 de los autos de calle más rápidos existentes.
Una nueva versión de su auto estrella, el Nevera, logró 23 nuevas marcas de performance en un solo día, mientras intentaban recuperar su posición como el auto de más rápida aceleración, que le había quitado recientemente el Pininfarina Battista (que de hecho está basado en el Nevera).
Los records más destacables son el de los 400 metros en 8.25 segundos, 0-300 km/h en 9.2 segundos, y 0-400 km/h en 21.31 segundos. Los más comunes son de 0-100 km/h en 1.81 segundos y 28.96 metros, o de 100-200 km/h en 2.59 segundos.
Pero los que dejaron más orgullosos a Rimac son los test completos, donde se prueba aceleración y frenado. El de 0-100-0 km/h en 3.99 segundos, 0-200-0 km/h lo hace en 8.85 segundos, 0-300-0 km/h en 15.68 segundos, y el más rápido, 0-400-0 km/h, en 29.93 segundos. Todas esas marcas ahora pertenecen al Rimac Nevera, el nuevo superdeportivo a derrotar por las otras marcas del segmento.
