El sentido común dice que las versiones orientadas a su uso en la pista de vehículos superdeportivos (que de por sí ya son muy rápidos para la calle, donde no vas a poder usarlo a toda su capacidad) tendrán una vida de gastar neumáticos y consumir combustible.
Pero la realidad es muy distinta: quien tiene el poder adquisitivo suficiente para comprar una edición especial de un vehículo que ya es escaso, generalmente lo usará más como un accesorio de joyería para lucirlo frente a sus pares, al nivel de un reloj muy caro o un lápiz personalizado hecho por monjes tibetanos albinos. La historia de este McLaren Senna GTR es este último caso, donde su dueño optó por llevarlo a su penthouse y transformarlo en un adorno del living.
Para subirlo al piso 57 de la torre de departamentos ubicada en Melbourne, Australia, se requirió una grúa, en una operación hecha por ocho personas y bajo la mirada de traseúntes, que veían cómo el superdeportivo era llevado al penthouse de 26.3 millones de dólares, la propiedad más cara de Australia. Algo que le hace justicia al Senna GTR de 2 millones de dólares, el auto registrado más caro de Australia.
Este será seguramente el hogar definitivo del McLaren, ya que según comenta su dueño, una vez que se terminen los trabajos de construcción en la torre será muy difícil sacarlo de ahí, además que el vehículo no está legalmente habilitado para andar en las calles. El 4.0 V8 de 818 hp nunca más tocará el asfalto.
