Mazda MX-5 2.0L 158 CV 6AT 2016: El Batimóvil moderno

por Gabriel Baeza

Para abrir el nuevo año, comenzaremos con un test de un modelo que probablemente esté dentro de los lanzamientos más esperados del año pasado, gracias Mazda que llega a Chile por Derco. Se trata del roadster compacto más vendido de la historia, con más de 940.000 unidades vendidas desde su lanzamiento en 1989, el hermoso Mazda MX-5 o Miata.

Aterriza en nuestro país en su cuarta generación, en dos versiones con equipamiento y tren motriz similar, solo variando en su caja de cambios. Ya tuvimos la oportunidad de probar la versión mecánica (puedes leer el test aquí), y ahora les traemos la versión automática. Ambas versiones llegan con llantas de aleación de 17 pulgadas  en siete colores de carrocería: Soul Red Metallic (color con un valor adicional de CLP $200.000), Ceramic Metallic, Arctic White, Crystal White Pearl, Blue Reflex, Meteor Grey y Jet Black (nuestro test, que se ve realmente atractivo).

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MAZDA MX-5 PRECIOS ENERO DE 2016:

  • MX-5 2.0L 158 CV 6MT Roadster: CLP 18.490.000
  • MX-5 2.0L 158 CV 6AT Roadster: CLP $19.490.000 (nuestro test)

Compite en un nicho muy pequeño, y donde es por lejos el más interesante por precio, ya que sus competidores naturales son de la talla del Audi TT roadster, Bmw Z4, Nissan 370Z roadster, todos a precios muy superiores. Recibió un profundo rediseño, en el que mejoro mucho su diseño, tren motriz y recobro sus credenciales de origen, disminuyendo incluso su tamaño.

Su exterior está fuertemente ligado al concepto Jinba Ittai, que significa “caballo y jinete unidos en uno”, pero es además claramente reconocido como un Mazda, donde tiene trazos que podemos ver en sus hermanos como el Mazda2, Mazda3, Mazda6 y CX5. Incorpora la tecnología SkyActiv, lo que hace bajar su peso, mejorar su resistencia y eficiencia en general.

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DISEÑO MUSCULOSO Y DEPORTIVO

A primer golpe de vista, destaca su hermoso diseño exterior, con un capot con formas musculosas, que hace que parezca más alto y se ve muy bien detrás de su volante. Su capot baja y recuerda al automóvil de Batman o incluso tiene un aire del Corvette Stingray clásico. Sus grupos ópticos son pequeños y rasgados, pero tiene  mucha personalidad, e incluyen tecnología LED. Bajo estos, hay una tira de LED para la posición diurna, los que lo distinguen a distancia y permiten cumplir con la normativa en carreteras sin tener que encender las luces principales.

Su lateral mezcla una línea fluida y compacta a la vez, ya que su largo total es de menos de 4 metros, casi al nivel de un citycar. Sus llantas de 17 pulgadas color grafito oscuro, y 8 rayos, calzan unos eficientes neumáticos Bridgestone Potenza en medida 205/45 R17. Podemos ver a través de ellas los discos en las 4 ruedas. En este color negro se ve realmente llamativo, aunque por características del color, no dura mucho así de limpio como colores más claros. Tiene un largo de 3.915 mm, un ancho de 1.735 mm y una altura de tan sólo 1.225 mm.

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La parte trasera es muy compacta, donde no se aprecia dónde comienza el parachoques trasero. Las luces traseras cuentan con tecnología LED y su diseño tiene una circunferencia principal con una “flecha” que sale hacia el costado, dándole comunicación con su lateral. Las luces de retroceso están en la parte baja de este y cuenta con una salida de escape doble al lado derecho.

El techo de lona es un punto destacable en esta nueva generación, que pasa a reemplazar al techo rígido de la anterior, en favor de un menor peso y una muy rápida posibilidad de descapotar. Es una maniobra realmente sencilla, donde solo debemos soltar el gancho central, empujar el techo hacia atrás y apretarlo un poco hasta escuchar un “click”. La maniobra inversa es muy simple y puede hacerse con un solo brazo, luego de liberar el seguro que se encuentra en la consola central trasera.

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La carrocería fue fabricada con acero de gran resistencia a la torsión, que además es mucho más ligero. Además de una mayor solidez, proporciona una base más firme para el chasis y el funcionamiento de la suspensión, con lo que se obtiene una mayor respuesta en la maniobrabilidad en carretera. Además, el acero también minimiza los riesgos de lesiones en caso de accidentes, proporcionando una mejor experiencia de conducción.

UN INTERIOR CON MUCHAS MEJORAS

Al ingresar a su interior vemos que se aprecia el progreso en temas de diseño y mejoras de materiales. Se simplifico en algunos comandos, gracias a la nueva pantalla central y al sistema Mazda Connect, con un comando que permite controlar muchas cosas al alcance de la mano. Demás está decir que se nota claramente el parentesco con sus hermanos, pero con detalles particulares, como la posición de conducción muy baja.

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Cuenta con un lindo volante forrado en cuero, con  detalles en aluminio y tres rayos. El tamaño es muy bueno, y cuenta con los controles de velocidad de crucero y del sistema multimedia y en esta versión automática, con paddle shift atrás del volante. Atrás de este, vemos un tablero enfocado en el conductor y en el manejo, con un gran tacómetro central y una pequeña pantalla abajo, un velocímetro al lado derecho y al izquierdo los medidores digitales de nivel de combustible, temperatura del refrigerante y una pantalla para el computador a bordo. Simple y justo.

Al centro vemos arriba una pantalla táctil del sistema multimedia Mazda Connect, que además se controla con los comandos en la consola central, muy fáciles de ocupar y con accesos justos. Bajo esta vemos las salidas de aire y encontramos cerca del volante el botón de encendido. Más abajo están los comandos del sistema de climatización de una zona, los controles de la calefacción de asientos y dos entradas USB. Algo de agradecer son los múltiples espacios portaobjetos, que si bien no son muy grandes, permiten guardar muchas cosas para que no estén sueltas.

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Los asientos tapizados en cuero negro y costuras rojas son bonitos y recogen bien el cuerpo, aunque podrían haber sido algo más envolventes, pero cumplen bien para el planteamiento del auto. Una de las cosas interesantes es su sistema de sonido BOSE de 9 altavoces, el que cuenta con parlantes incorporados en los apoyacabezas, los que funcionan muy bien y se agradecen al momento de utilizar el sistema manos libre bluetooth, ya que el sonido de la llamada sale por aquí y se escucha de muy buena manera aun con el techo descapotado.

El espacio es justo, propio de su planteamiento y cuando estamos con el techo cerrado, se siente un poco encerrado dado el pequeño tamaño de sus ventanas y su posición baja. Y si el conductor mide sobre el metro ochenta, puede que incluso llegue a topar el techo o sobrepasar la línea del parabrisas descapotado.

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Su equipamiento de seguridad es destacable, y cuenta con el control de estabilidad (DSC), que reduce la potencia del motor y regula la presión de frenado en cada una de las ruedas cuando es necesario, frenos de disco en las 4 rueda con ABS con distribución electrónica de frenado, cuatro airbags, alarma e inmovilizador antirrobo y control de tracción (TCS), que ayuda que las ruedas giren de manera efectiva sobre superficies deslizantes, como terrenos con piedras sueltas, regulando el par del motor.

MOTOR CON SKYACTIV = POTENCIA Y EFICIENCIA

Tradicionalmente el Mx-5 ha sido una máquina de disfrute al volante, gracias a su bajo peso y centro de gravedad, tracción trasera y suspensión ágil. En esta nueva generación, el objetivo era mantener y mejorar esto, lo que se logró con creces.

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Cuenta con un motor de 2.0 litros con tecnología SkyActiv, que cuenta con una alta compresión de 13,0:1, distribución variable doble, inyectores multiorificios y cavidades especiales en los pistones. Los sistemas de admisión y escape son más compactos y livianos, logrando disminuir un 30% el peso versus el motor anterior. Su escape ultra compacto 4-2-1 mejora el torque y el sonido del motor.

Entrega una potencia de 158 hp a 6.000 rpm y un torque de 200 nm a 4.600 y un régimen máximo de 7.000 rpm, que en este caso se acopla a una transmisión automática de 6 velocidades con opción de manejo secuencial por la palanca o con las levas tras el volante. Su aceleración desde parado hasta 100 km/h la consigue en 8,2 segundos, mientras que su consumo ha sido optimizado, alcanzando los 9.6 km/l en ciudad y los 17.3 km/l en carretera. Nosotros obtuvimos un mixto cercano a los 11 km/l. Para mejorar este último cuenta con el sistema i-stop, que permite apagar el motor y volver a encenderlo en solo 0.5 segundos en detenciones prolongadas.

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Ya llega el momento de manejar y luego de sentarnos (hay que casi “tirarse al suelo” por lo bajo del asiento), nos acomodamos, abrimos el techo y listos. Encendemos el motor y cobra vida con un suave ronroneo. Colocamos la palanca en posición D y a disfrutar. Los cambios pasan muy suave y rápido, y se mueve muy ágilmente por donde circulemos en la ciudad.

Los movimientos en estacionamientos y espacios pequeños son muy simples y se agradece el tamaño compacto. Solo se extraña algo la visibilidad, ya que por estar bien bajos, nos perdemos que ocurre adelante o al lado de nosotros, especialmente cuando nos vemos al lado de algún SUV o camioneta grande, que pueden en ocasiones ser hasta el doble de su altura.

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La suspensión copia de buena manera y se agradece que la altura al suelo no es tan baja ni sus ángulos característicos, ya que no andamos sufriendo en los lomos de toros o entradas de estacionamientos con mucha pendiente. Aunque el perfil es solo 45, copia bastante bien las imperfecciones del camino.

Ya pudiendo acelerarlo más, rápidamente se dibuja una sonrisa en nuestra cara al sentir el sonido del motor, viento en la cara y sensación de velocidad, acrecentada por la sensación de amplitud que otorga el techo abierto. El motor si bien solo tiene 158 hp, tiene que mover un peso contenido y que está muy bien distribuido, con un 50% en cada eje, lo que entrega una muy grata sensación al acelerarlo.

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Llevándolo rápido, vemos que la calibración de la suspensión permite un balanceo controlado, pero en ningún momento esto nos sentimos poco pegados al suelo, baja adherencia o cerca de sus límites. Incluso en sus límites se siente neutro y muy muy bien balanceado. Los frenos cumplen realmente bien, con buen tácto, poca distancia de frenado y buena resistencia a la fatiga.

Probablemente cuando menos lo disfrutemos es cuando estemos con su techo cerrado, ya que la grata sensación de amplitud se acaba y nos sentimos en una pequeña cueva pegados al suelo. La agradable caja de cambios es suficientemente rápida, con buena velocidad de subida y bajada de velocidades, aunque sin ser lo rápida que logra una de doble embrague. Para un uso normal, se agradece no tener que estar pasando cambios en los atochamientos, y nos permite disfrutar de su sistema de sonido BOSE.

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Este último quizás no está al máximo nivel, pero esto probablemente se debe al poco espacio disponible para distribuir los altavoces o la poca caja de resonancia que tiene comparada con vehículos mayores. De igual manera, se conecta rápido y transmite la información desde un dispositivo bluetooth o USB.

Como conclusión, el MX-5 con caja automática es un auto realmente sorprendente, que es cómodo, rápido, entretenido y simple de conducir, solo limitado por su reducido espacio y techo blando. Pero si nuestro objetivo es un juguete que dibuje una sonrisa en nuestra cara y en la de los que nos ven pasar, acompañado de la comodidad de una caja automática, el resultado es prácticamente perfecto. ¿Qué te pareció el nuevo Mazda MX-5 2016?, coméntanos.

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