Hace dos años atrás Tesla anunció la construcción de una nueva megafábrica de baterías en California, un ambicioso proyecto con el que pretenden construir las unidades que alimentarán sus vehículos o artefactos externos.
Hoy se abrió la primera parte de la fábrica, que equivale a apenas un 14% del total. La megaestructura será resultado de una alianza con Panasonic, quienes están encargados de toda la electrónica y maquinaria, y un plan de inversión de 5 mil millones de dólares. Una vez finalizada (el año 2018) tendrá una superficie de casi 930.000 metros cuadrados, equivalente a unas 250 canchas de fútbol, y con capacidad para producir anualmente 35 Gigawatt/hora, equivalente a la producción mundial de baterías del año 2014.
La primera prioridad de la planta será hacer las baterías para las reservas de los 325.000 primeros Model S, modelo que comenzará a entregarse a partir del próximo año. Gracias a esta fábrica reducirán el costo de las baterías en más de un tercio, ya que actualmente las que utilizan se fabrican en Japón.
En la planta esperan que a mediados del próximo año esté un 31% concluida, y creen que una vez que esté completamente operacional tendrá cerca de 10.000 personas trabajando.