La receta: 550 caballos + sobrealimentador = Range Rover Sport SVR. El momento de las SUV con prestaciones de superderportivo tiene cada vez un mayor espacio de mercado (BMW X5 m50D, BMW X6M o un Cayenne Turbo S etc). Esta nueva versión tiene 10% más de caballos que el ya rapidísimo Range Rover Sport, al que se le agregaron modificaciones aún más dinámico su comportamiento sobre asfalto, de paso, entregándole un aspecto más duro, más racing.
Para lograr ese sonido tan deportivo de los pura sangre, se logró un sistema de escape con sistema de válvula activa, que permite tener un tono más ronco, además de mantener la gracia de siempre de los Range, su capacidad de vadeo (ahora de 800 mm).
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La transmisión conserva la reductora y las capacidades todo terreno del Range «normal» en ese aspecto, pero gana un sistema de control vectorial de trazada, esto es, el ESP actúa sobre los frenos interiores a la curva para emular un diferencial autoblocante. La suspensión fue readaptada, con control activo de balanceo a través de un sistema neumático que sustituye a las estabilizadoras mecánicas. Los frenos, como no, son potenciados por Brembo (de seis pistones). La caja de cambios es de ocho relaciones, con una nueva programación más radical, con lo que se aceleran los cambios de marcha, se hacen algo más bruscos, ejecutando el notable «punta tacón» automáticamente al quitar marchas.
CAMBIOS EN EL ASPECTO
Si revisamos su exterior veremos lo que esperamos de este tipo de SUV velocistas, es decir muchos faldones y spoilers. Además agrega unas gigante llantas de 21 pulgadas (incluso pueden llegar a ser de 22» como opcional); mientras el habitáculo se hace con unos impresionantes asientos tipo «baquets», además de un tablero distinto y marcados del cuadro de instrumentos que lo diferencian del resto de gama.
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