¿Qué prefieres para tu auto?: Modernidad versus confiabilidad

por Equipo Rutamotor

Es de conocimiento de todos que a medida que pasan los años, las normas de emisiones y requerimientos de eficiencia energética son los que obligan a las marcas a desarrollar nuevas tecnologías para poder cumplir con las normativas sin afectar la performance y sobre todo, el disfrute de sus conductores.

Si recorremos un poco por la historia del automóvil, las diferentes épocas han transformado los distintos automóviles. Es así como en los años 60 y 70 el desarrollo de potencia iba de la mano con aumentar la cilindrada, hasta llegar a motores de mas de 7 litros. Pero debido a la crisis del principios de los 80, la industria debió adecuarse con automóviles y motores de menor cilindrada. Ahí fue el nacimiento de los primeros japoneses y sus motores de menos de dos litros.

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Los avances de los europeos

Por el lado europeo, también a medida que pasaron los años, comenzó el desarrollo de los motores turbo y se fueron inclinando hacia  el combustible diésel por su menor precio y mayor eficiencia. A nivel mundial, los países desarrollados siempre han llevado la batuta en temas de regulación sobre emisiones y consumos, implicando motores de vanguardia en todo sentido, pero dejando a los países menos desarrollados sin la necesidad de seguirlos. Esto se da por el mayor costo y por temas inclusive de disponibilidad de mejores combustibles.

Por ejemplo, durante varios años Chile llevo la delantera en estos temas y significo la imposibilidad de importar modelos fabricados en Mercosur, ya que no cumplían con las normativas vigentes. Pero esto por suerte ya ha cambiado y gracias a planes de desarrollo globales de las marcas, han subido la vara en muchos de estos temas.

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Buscando un diseño probado

Pero de todas maneras, no significa que las marcas solamente fabriquen sus motores de última generación, sino que mantienen los de diseño probado para los países donde aun no sea totalmente requerido, lo que permite abaratar costos y poder (no en todos los casos) ofrecer un automóvil a un mejor precio.

Y aquí es donde quiero detenerme un poco, ya que en las ultimas semanas especialmente luego de varios lanzamientos de productos mercosur, han llovido las criticas por los equipamientos, diseño, calidad y sobretodo, veteranidad de sus motores. Sin entrar a defender a nadie, quiero reflexionar un poco lo que esto significa. Y voy a referirme solamente al tema de los motores, ya que el resto (equipamiento, diseño, fabricación, etc da para mucho). Aunque es verdad que uno siempre pide un menor precio y reclama cuando se trata de tecnologías anticuadas, hay que reconocer que igualmente tiene sus pro y contras cada aplicación.

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Primero, el mas directo, el precio. No hay que ser magister en finanzas para ver que mientras más moderno un motor (hablemos de un mismo modelo), mayor su precio. Por ejemplo, un VW Golf con motor 1.6 tiene una clara ventaja frente al 1.4 TSI turbo. El Nissan Sentra con motor 1.8 también la tendria si llegara el 1.6 turbo que se vende en otros mercados y asi podría continuar una larga lista.
Incluso, ejemplos como el reconocido Mazda 3, donde mantiene en la oferta de entrada el archi probado 1.6 frente a los modernos SkyActiv, implica la posibilidad de muchos de acceder a un excelente automóvil y que cumple con las pretensiones de la mayoría de sus usuarios.

Segundo, la confiabilidad. Aquí tenemos otro argumento que a veces olvidamos cuando compramos un motor de ultima generación, de pequeño tamaño, turbo, distribución variable, y más. Lógicamente la cantidad de piezas de desgaste y de las que hay que tener un cuidado mayor aumentan a medida que exprimimos mas caballos por cada litro. Y no lo digo yo, pregúntenle a cualquier mecánico que vea y abra motores.

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No es que esté criticando los motores de ultima generación, todo lo contrario, soy un amante de los nuevos motores y su increíble funcionamiento, pero siempre que debo recomendar un automóvil usado o incluso decidir si es que pienso realizar un viaje interminable hasta el fin del mundo, si prefiero llevar un motor que funcione con casi cualquier gasolina (o diésel) o uno que requiera cuidados especiales.

Tercero, muy ligado al punto anterior, costos de mantención. Cada vez que aparece una nueva tecnología, se mejoran los componentes, se desarrolla un nuevo material, viene acompañado de un nuevo lubricante mas especializado, reemplazo de piezas de desgaste mayores, etc. Aquí de hecho reside un punto de críticas antes ligadas a los motores turbo diésel, que ahora se extienden a los gasolina, ya que si no se realiza la mantencion y utilizan lo requerido por el fabricante, los riesgos de una falla mayor son muy elevados. Por ejemplo, si utilizamos un aceite incorrecto en un motor turbo, el desgaste de este se hace prematuro, con costos de reemplazo o reparación altísimos. Si el combustible no es el adecuado, se tapan filtros e inyectores, y podemos seguir con posibles fallas. 
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Cuarto, los cuidados de uso. Este punto va un poco relacionado al tercero y es que mientras más moderno y tecnológico es un motor, más precauciones se deben tomar. No basta con una correcta mantencion, cualquier motor moderno si es acelerado a findo en frio (sobretodo si es turbo), acelerado a fondo a muy bajas rpms, detenido cuando viene de una alta exigencia sin esperar a que se ‘reponga’ un poco, van a implicar un desgaste prematuro de sus componentes.
 
Y es que me he sorprendido de escuchar cada vez mas historias de motores turbo que se funden con menos de 50.000 kms (incluso algunos menos de 10.000), lo que me lleva a pensar en que si bien puede existir un defecto de fábrica, la mayoría de los casos es por mal uso de estos. Componentes como el conocido ‘turbo timer’ son simplemente ayudas para un conductor poco preocupado, ya que ningún fabricante (al menos que yo sepa) lo incorpora de fabrica y es porque asumen que el dueño lee y lleva a la práctica los consejos del manual del automóvil.
 
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Quinto, costo de uso diario (consumo de combustible). Efectivamente en papel hemos visto una mejora sustancial entre motores atmosféricos y motores turbocargados o supercargados en consumo de combustible, pero en la práctica estas diferencias no siempre son tan elevadas.
  
Muchas marcas están ahora reconociendo que disminuir el tamaño no fue la solución total y están buscando recuperar algo de cilindrada o apoyarse por tecnologías híbridas por ejemplo. Personalmente creo que va mucho por este camino. Sexto y ultimo, el placer de conducción. Quizás aquí es donde mayor ventaja sacan los nuevos motores, ya que independiente de su aplicación, suelen tener mejor torque, en una zona más amplia de giro del motor, mayor potencia por litro y sin perder carácter deportivo.
Creo que cada uno tiene sus pros y contras según el usuario, presupuesto, uso y objetivo. Personalmente creo que en un mercado como el nuestro (y luego de visitar otros países), es un privilegio poder contar con una oferta tan variada y heterogénea de marcas, modelos y versiones.
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Y cuando llega el tema de los motores, aun más. En la variedad esta el gusto y para cada bolsillo algo ideal. Si el presupuesto es bajo y alcanza para un auto usado, me inclinaría por un motor simple y probado y de repuestos de bajo precio. Si el presupuesto es mas holgado, un motor mas nuevo y tecnológico, con el cuidado que se merece. 

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