Hace tiempo que un estreno en la industria automotriz no causaba tanto revuelvo y espera como el de la nueva Ford Bronco, modelo que se esperaba hace muchos años, y que trae de vuelta uno de los nombres más importantes dentro de la marca del óvalo. Algo curioso, considerando que no es un modelo masivo, sino que para un nicho bastante acotado de compradores.
La competencia directa más cercana (casi la única, en realidad) de la Bronco es el Jeep Wrangler, otro conocido en el segmento de los SUV todoterreno «modificables», con un gran respaldo de aftermarket y piezas para modificar o preparar el vehículo. El tercero en competencia es la 4Runner en sus versiones TRD Pro y TRD Off Road, que por sus características permanece en el tercer lugar sin muchas posibilidades de subir.
Pero hubo un tiempo en que Toyota sí tenía un vehículo para todoterreno que entraba perfectamente en ese segmento: el FJ Cruiser (al que ya le hicimos una extensa nota que puedes ver aquí) De una distancia entre ejes aceptable, una mecánica muy robusta (basada en la 4Runner) y ángulos de ataque y salida muy adecuados, logró una buena recepción en el segmento, que lo respaldó con una gran cantidad de aftermarket para modificar; de hecho actualmente en EEUU (el principal mercado para este tipo de vehículos) las unidades usadas ya están subiendo de precio en lugar de bajar, algo que generalmente se da tras varios años fuera del mercado de vehículos especiales o clásicos.
Sin embargo, pese a una buena recepción, y al interés que produjo en su momento el vehículo por su inusual diseño, el FJ Cruiser tuvo sólo una generación, ya que a su fin de ciclo de vida las ventas iban en caída libre, debido a su precio, su alto consumo de combustible, y el hecho que era una época de crisis donde el precio del petróleo se disparó en todo el mundo, incluso para estándares estadounidenses. Esto hizo que se dejara de ofrecer en sus mercados principales, como EEUU y Australia, quedando relegado a mercados secundarios donde se venden saldos (aunque según wikipedia se siguen vendiendo unidades nuevas, pero no renovadas tecnológicamente).
Pero el mundo ha cambiado mucho en estos últimos 10 años. Una pandemia que, según algunos estudios, hará que las próximas vacaciones de por lo menos los próximos 2 años, serán viajes en vehículos particulares en lugar de viajes en avión al extranjero, y que ha hecho caer el precio del petróleo (junto al clima internacional). Además el segmento ha sido revitalizado tras los últimos estrenos, y como lo ha demostrado con la 4Runner, Toyota actualmente es suficientemente capaz de entregar un vehículo que pueda hacerle el peso a los dos principales del segmento.
Si juntamos todo eso es muy posible que un nuevo FJ Cruiser podría ser nuevamente un éxito como vehículo de nicho, que cada vez son más populares y hay mayor demanda por todoterrenos «de verdad». Sólo es cosa de recordar lo que pasa en el segmento de las camionetas, donde las versiones todoterreno y más preparadas son casi un obligatorio para las marcas (Ford Ranger Raptor y F-150 Raptor, Toyota Tacoma TRD Pro, Chevrolet Colorado ZR2, Ram Rebel TRX, Jeep Gladiator, entre otros) a pesar de ser vehículos «de trabajo».
Aunque Toyota ha dado indicios de que un «sucesor espiritual» del FJ Cruiser está en camino, con los conceptos FT-AC y FT-4X, se tratarían de crossovers monocasco, que tendrían ayudas electrónicas para situaciones de poca tracción y un diseño con líneas similares al FJ Cruiser, pero no la mismas capacidades off road. Serían similares a lo que es el Bronco Sport o las versiones Trailhawk del Compass y Cherokee (o incluso una Forester con neumáticos AT) aptos para un todoterreno suave, pero no para modificaciones más extremas que le permitan hacer trepado de rocas o hacer camino donde no existe uno.
