La Fiscalía alemana ordenó hoy a la policía registrar las dos principales plantas de Audi, además de otras instalaciones, en relación con el escándalo de emisiones de gases, aumentando la presión que existe sobre la marca de lujo del Grupo VW. Cabe señalar, que el Presidente ejecutivo de Audi, Rupert Stadler fue apoyado por el Consejo de Supervisión. El ejecutivo se desempeña en ese puesto desde hace una década. Los registros tuvieron lugar en la sede matriz de Ingolstadt y Neckarsulm, donde el fabricante tiene en total 60.000 empleados, dijo un portavoz de Audi.
Audi reconoció en noviembre de 2015 que sus motores diésel de 3 litros V6 estaban equipados con dispositivos de control de emisiones considerados ilegales en el mercado norteamericano. Estos registros son los primeros que se llevan a cabo desde el estallido del caso en septiembre de 2015.
«Con estas órdenes de registro, buscamos aclarar en particular quién estuvo implicado en la utilización de la tecnología en cuestión y en la entrega de información falsa a terceros», dijo la Fiscalía de Munich en un comunicado el miércoles en el que no identificó sospechosos. Estas noticias coinciden con la publicación de los resultados anuales de Audi, que mostraron un desplome del 37% en su ganancia operativa a 3.100 millones de euros y una caída del margen sobre ventas al 5,1 %, desde el 8,3% de 2015.
