MINI Cooper S JCW Sport Pack 192 HP 7AT 2019: Karting civilizado

por Gabriel Baeza

Esta semana tuvimos la oportunidad de probar uno de los modelos más entretenidos disponibles en el mercado, que comenzando por un distintivo diseño exterior e interior, una entretenida oferta de colores, motores potentes y sobre todo, un manejo muy entretenido, hace que el Mini Cooper S sea treméndamente anhelado.

Es posiblemente uno de los automóviles más emblemáticos del mercado, y que desde el nacimiento del modelo, ha sido el sueño de muchos amantes del motor. Primero, como el modelo emblemático de los años 50-60, hasta la marca actual que ofrece diferentes configuraciones, pero siempre manteniendo el espíritu de siempre.

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MINI COOPER S PRECIOS NOVIEMBRE DE 2018:

  • Cooper S 7AT Sport Pack JCW: CLP$20.990.000 (Nuestro Test)
  • Cooper S 6MT Pepper: CLP $19.890.000
  • Cooper S 7AT Pepper: CLP$22.690.000
  • Cooper S 7AT Chili: CLP $24.690.000

Comencemos por su diseño que mantiene el espíritu de los primeros Mini, pero que creció ámpliamente para acomodar la seguridad, lujo y equipamiento necesario. Recordemos que desde que la marca fue adquirida por el grupo BMW, ha ido recibiendo toda la tecnología y equipamiento del grupo, pero adaptado a las necesidades del modelo.

En esta última actualización (que pueden leer la nota aquí), se mantuvo la plataforma de la actual generación, pero mejorando varios puntos en su diseño. Comenzando por sus nuevos focos delanteros que actualizan su diseño, mejorando la luminosidad y look delantero. El lateral no cambia prácticamente nada, pero encontramos un juego de llantas de color negro, pero que mantiene un diámetro de 17 pulgadas, con el que puede ofrecer un perfil más razonable.

Atrás es donde encontramos los mayores cambios, con un nuevo juego de luces LED que recuerdan el diseño de la bandera británica, y le dan un look tan particular como atractivo. Desde atrás se reconoce de inmediato, y llama la atención fácilmente. Cuenta con un difusor trasero que realza su carácter deportivo, con un escape deportivo y un alerón superior que proviene del hermano mayor con un John Cooper Works. Su equipamiento principal incluye luces delanteras completamente LED, neblineros LED, llantas deportivas JCW, techo de color negro,  sensores de estacionamiento traseros, radio Mini Visual Boost, por mencionar lo principal.

INTERIOR DEPORTIVO

Ingresando a su interior, nos encontramos con un interior que respira deportividad en todos los rincones. Comenzando por unos espectaculares asientos deportivos que recogen al cuerpo de manera perfecta, aunque pueden ser un poco incómodos para viajes largos o si nuestra contextura es algo más grande.

Siguiendo por su pequeño volante, tiene un diseño tradicional de la marca, con comandos al volante de lo principal, así como paddle shift de su caja automática. Tras el, podemos ver un tablero de instrumentos deportivo, que cuentan con la información necesaria al alcance de la vista. Recordemos que hace un unos años, el modelo integraba su velocímetro en la parte central del tablero, algo que ya no es así dejando su espacio a una pantalla multifunción, pero que mantiene la forma circular y mantiene la posición donde anteriormente estaba su velocímetro.

En la pantalla central vemos mucha información de su sistema Mini Connected, donde podremos ver la información de sus modos de manejo, sistema multimedia, información del vehículo, etc. Como ya nos tiene acostumbrados la marca, el interior tiene muchas luces de cortesía y hay detalles de diseño por doquier, lo que nos hace sentirnos en un pequeño modelo Premium, con forma y tamaño compacto, pero con terminaciones y equipamiento de lujo. También integra dos paquetes especiales, el Mini Driving Modes y el Mini Excitement Package, ambos pensados en la mayor personalización de conducción.

En la parte central de la consola, vemos bajo la pantalla y los comandos del climatizador, que tenemos una de las novedades más importantes, y es el comando de su nueva caja automática de doble embrague, de la que hablaremos en detalle más adelante. A su lado, vemos el comando del sistema de manejo del Mini Connected. También tenemos un apoyabrazos que mejora la comodidad y nos permite guardar cosas pequeñas en su receptáculo bajo la tapa.

Su espacio delantero es muy bueno, bastante mejor de lo que nos imaginamos por su exterior, aunque la visibilidad es algo más limitada debido al diseño de sus ventanas y su posición de manejo baja. Los asientos traseros son mucho más claustrofóbicos, con apenas espacio para dos pasajeros, pero con muy poco espacio para las piernas. Cuenta con dos anclajes Isofix, pero la verdad es que si llevados una o dos sillas, el acceso es muy incomodo.

El maletero tampoco es muy amplio, pero cumple sin problemas para el uso citadino o para un viaje con dos pasajeros, abatiendo los asientos traseros. Cuenta con una práctica malla para sostener la carga. Sus dimensiones alcanzan los 3.850 mm de lago, los 1.727 mm de ancho y los 1.414 mm de alto, con una distancia entre ejes de 2.495 mm. Su maletero alcanza los 211 litros, mientras que su estanque de combustible puede cargar hasta 44 litros.

UN MUY BUEN MOTOR

Abriendo su gran capot, podemos apreciar el corazón que impulsa a este Mini Cooper S, y se trata de un energético motor de 2.0 litros, TwinPowe turbo (no Twin Turbo como algunos le dicen), sino que es un turbo único, de doble entrada, que entrega una potencia máxima de 192 Hp entre 5.000 y 6.000 rpm, mientras que su torque es aun más elástico, con 280 Nm desde apenas 1.250 rpm, casi desde el ralentí.

Se acopla a una nueva transmisión automática Steptronic Sport, de doble embrague, siete velocidades y paddle shift, que realmente significa un progreso a la anterior transmisión, por velocidad de paso de marchas, como por deportividad en caso de sacarla la quinta esencia. Como es tradicional, transmite la potencia a las ruedas delanteras, pero esto no es problema para alcanzar excelentes prestaciones. La marca anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en solo 6,7 segundos, mientras que alcanza los 235 km/h de velocidad máxima.

Su chasis mantiene la configuración de siempre, con un eje delantero del tipo McPherson con resortes helicoidales y un eje trasero del tipo paralelogramo deformable, también con resortes helicoidales. Tiene barra estabilizadoras en ambos trenes, así como frenos de disco en las cuatro ruedas.

COMO UN KARTING

Una de las cosas más características del Mini, sacando su atractiva estética y buen equipamiento, es su manejo. Desde que nos sentamos en su bajo puesto de conducción, muy pegado al suelo, aumentado en este caso por sus deportivos asientos firmados por JCW. Encendemos el motor con su tradicional gatillo central de color rojo, y desde ese momento que sentimos que hay algo especial bajo el capo por su ronco bramido.

Engranamos Drive en su comando, al más puro estilo Bmw, el que podemos además dejar en mono manual/deportivo, neutro o reversa, más un botón para la posición de Parking. También podremos utilizar las paletas del volante, para subir o bajar cambios en cualquier momento. Para los que nunca han manejado un Mini, se van a sentir algo bajos y encerrados en un primer momento, debido a la posición de manejo, a la zona vidriada más bien justa y a los altos hombros de sus puertas.

La posición es muy cómoda, aunque a algunos puede no parecerles lo mismo si es que no “entran” bien en sus butacas, algo duras y angostas. Estas tampoco tienen muchas regulaciones y fuera del extensor de cojín, cuenta con regulaciones básicas. De hecho, algo que no agrada mucho, es la falta de memoria de su posición, cada vez que debemos dejar algo atrás o en caso de que se suba un pasajero a los asientos traseros por el lado del conductor.

Los asientos traseros son otro mundo, ya que son espaciosos, siempre que seamos un Ewok. Partiendo por que el acceso es bastante justo, el espacio es cuando menos testimonial para pasajeros adultos de tamaño mayor que el promedio.  Su visibilidad es escasa, debido al tamaño de las butacas delanteras y a los pequeños vidrios, por lo que no es un lugar donde queramos realizar trayectos muy extendidos. Incluso, están pensados solo en dos pasajeros, por sus cinturones y apoyacabezas, aunque en defensa de su practicidad, cuenta con anclajes Isofix.

Pero ya es cosa de manejar, y probablemente como se esperaría en un modelo de este concepto, viajaremos solo o con un solo acompañante, así que dejemos el asiento trasero para dejar una mochila o simplemente una chaqueta.  Esto es lo más usual que llevemos acá, porque si pretendemos dejar un bolso acá, terminaremos por dejarlo en el maletero, con tal de no mover el asiento.

Ya manejando, debemos decir que el motor y caja forman un conjunto realmente entretenido. Y es que en cualquiera de sus modos, su motor y caja se encuentran listos para despertar apenas apretemos algo más de la cuenta el acelerador. Y es que realmente sentimos esos 280 Nm prácticamente desde el ralentí, por lo que es fácil ver que la caja privilegia los cambios altos y los pasa rápidamente, especialmente en el modo Green, que busca la mayor eficiencia de combustible.

Su buscamos sacarle mayor trote, es cosa de colocar su modo deportivo, y automáticamente aumentara las sensaciones de su “karting feeling”. Esto es simplemente la combinación de una suspensión bien firme, motor potente, tracción delantera y neumáticos de perfil bajo (con neumáticos Runflat). Todo esto hace que las reacciones sean inmediatas, aunque esto implique un manejo más áspero, y que sepamos en todo momento que pasa por debajo de nosotros.

Igual, hay que reconocer que el trabajo de las suspensiones ha progresado mucho en los años, ya que sin perder esta entretención de manejo cuando queremos, no se trata de un “palo” para su conducción diaria. Obviamente, no es en ningún caso un modelo cómodo, pero para lo que se busca, se consigue un buen compromiso entre confort y deportividad (más hacia este lado).

La aceleración es muy contundente, y su caja de cambios sube y engancha con una gran velocidad cuando la exigimos, escuchándose pequeñas detonaciones en el escape, que tanto nos gustan a los que disfrutamos del manejo. Cuando circulamos en autopista, hay que prestar mucha atención para no sobrepasar las velocidades legales, ya que apenas se siente la velocidad y podemos llegar a velocidades muy por sobre lo permitido, en un abrir y cerrar de ojos. La frenada es también contundente, y que se apoya por una rápida bajada de cambios si utilizamos sus paddle shift, algo que siempre se agradece.

El consumo no es su mayor fortaleza, ya que un modelo así incita a apretar su pedal derecho más de la cuenta, lo que empeora el promedio. Pero si buscamos sacarle un buen rendimiento, es cosa de seleccionar el programa Green, seguir las instrucciones y podremos ver cerca de 20 km/l en carretera o 14 en ciudad. Nuestra prueba arrojo un promedio más cercano a 13 km/l, pero pensamos que los pocos kilómetros de la unidad de prueba y que lo exigimos a veces, nos llevó a este resultado.

Si buscamos sus puntos bajos, el peor a mi gusto es el hecho de no contar con memoria en el asiento del conductor, así como algunos faltantes de equipamiento, que se explican por otro lado por el buen precio de esta versión Sport Pack JCB, que ofrece todo lo necesario para los amantes del manejo, además de un buen look, sin subirse al precio prohibitivo de los JCW.

Como conclusión, vemos que este entretenido Mini Cooper S Sport Pack JCW mezcla lo mejor de dos mundos, al ofrecer un gran diseño y manejo deportivo, sin tener que subirse a un precio tan elevado ni a equipamiento que suma peso y no necesariamente utilizaremos mucho. Un muy recomendable modelo para los amantes de la marca y a los que tampoco extrañen espacio ni practicidad de modelos más grandes.

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