Cuando Lincoln presentó el renovado Continental fue un respiro para la compañía, ya que fue bastante bien recibido por la prensa y el público, luego de varios años en que la marca estaba «a la deriva» con modelos poco atractivos y de ventas lentas, que hacía casi inminente su desaparición.
Pero aunque la demanda ha ido decayendo paulatinamente (al igual que en casi todo el espectro de sedanes en el mundo) y que el modelo no tenga una renovación, hicieron la edición limitada Coach Door, de solamente 80 unidades, que se vendieron todas en 48 horas. Esta se caracteriza por tener una plataforma alargada y las clásicas puertas suicidas traseras, que se abren al revés, delatando la clara orientación a ser un vehículo con chofer, donde el lugar privilegiado son las plazas traseras.
En particular, el vehículo fue alargado en casi 15 cm, para dar más espacio a las plazas traseras. Entre algunas de las novedades que trae son el control activo de ruido exterior (similar a los audífonos canceladores de ruido) un sistema de audio aún-más premium, y las puertas, hechas para facilitar el acceso, ya que se abren prácticamente hasta una posición perpendicular al vehículo. Bajo el capot mantiene el 3.0 V6 twinturbo, de 400 hp y 542 Nm.
Cada una de estas unidades tuvo un costo de USD$110,000, casi un 40% más caro que un Continental regular. Pero ante la favorable demanda (de incluso clientes menores de 40 años, un target fuera de lo que acostumbra la marca) ya anunciaron que tendrán otra serie de unidades para el modelo año 2020.
