Hace unas semanas que la marca china FAW (representado en Chile por MACO) presentó su novedad en formato sedán y hatchback compacto con un nombre de jabón especial, Oley, un modelo que promete un buen equipamiento, caja automática y lo mejor, a un precio adecuado. Llega en versiones cuatro y cinco puertas con un precio de lanzamiento de CLP $5.390.000 (mismo precio para el 4p y 5P) con caja mécanica y de CLP $5.990.000 para las dos versiones con caja automática (Aisin) de cuatro marchas.
Actualmente la oferta de la marca está compuesta por el citycar V2, el small sedán V5 y el sedán mediano Besturn B50. Para fines de este año se espera contar con el SUV X80. FAW tiene una larga historia de más de sesenta años, comenzó en 1953 y hace 24 años celebró su primer Joint Venture con el Grupo VAG (Volkswagen/Audi), para a comienzos de la década pasada firmar acuerdos similares con el gigante nipón Toyota y en los años siguientes con Mazda y General Motors. En particular el Oley es fruto de las alianzas suscritas con VAG y Toyota. Es fabricado en la planta de Changchung, ubicándose entre el V5 y el B50. Su nombre alude a la arenga española «Olé!».
FAW OLEY PRECIOS AGOSTO 2014:
Oley 1.5L 5MT sedán: CLP $5.390.000
Oley 1.5L 4AT Sedán: CLP $5.990.000
Oley 1.5L 5MT Hatchback: CLP $5.390.000
Oley 1.5L 4AT Hatchback: CLP $5.990.000 (nuestro test)
En materia de seguridad cuenta con doble airbag frontal y cinturones delanteros con pretensionador de serie. Frenos con ABS+EBD Bosch 8.1 de serie y barras longitudinales en el chasis. Además agrega inmovilizador antirrobo y fijaciones para sillas de niños ISOFIX. En cuanto a equipamiento de confort, considera pack eléctrico: vidrios, espejos y cierre centralizado con comando a distancia, aire acondicionado manual, sistema de audio AM/FM/CD/MP3/USB con 4 parlantes, volante regulable en altura y asientos de tela bicolor.
LÍNEAS FLUÍDAS
El sedán llega hasta los 4.485 mm de largo, mientras que el hatchback llega a los 4.200mm. Ambos formatos miden 1.660 mm de ancho, 1.465mm de alto y una batalla de 2.525mm. Se deslizan sobre neumáticos Kumho de medida 195/50 R15 con llantas de aleación de cinco rayos dobles. El sedán tiene unos 450 litros de equipaje, mientras que en el hatchback se reduce a 307 litros.
Visto desde adelante el Oley tiene un aspecto que encuentro juvenil, con cierto parecido en su frontal al Volvo V40 2014, con un perfil afilado, con ópticos rectos (con lupa y señalizadores integrados) en forma de punta. A los costados inferiores unos neblineros circulares, acompañados al centro por un corte bajo que simula una gran sonrisa. Arriba uno más pequeño con el logo de FAW al centro. Por los costados vemos una clara linea de cintura alta, con unas puertas de buen aspecto y una zona vidriada pequeña, que repercute en una visibilidad algo limitada hacia los costados y atrás. Atrás unos ópticos con forma de joya -con leds- dan paso a un portalón curvo, flanqueado abajo con unas fundas plásticas negra que le dan un terminación más dinámica a la zaga.
DETALLES DE INTERIOR
Los asientos delanteros son cómodos, con una buena sujeción, aunque es bastante dura la zona del respaldo. La ergonomía es adecuada, y el asiento se puede regular en altura, algo poco común en este segmento de precio. En general los plásticos son de una baja calidad (más bien acordes a su nivel de precios), con un sonido de un elemento metálico suelto que molestó en toda nuestra prueba. Nos imaginamos que era sólo en esta unidad de pruebas.
La posición adelante es correcta con una muy buena altura, y en espacio longitudinal. No me gustó el volante, muy sobredimensionado ( pero con un buen grip). Cuenta con un tablero de diseño inspirado en las motos, que encuentro saturado, donde resaltan el tacómetro y el velocímetro. Van acompañados al centro por un display digital (naranja) que agrega reloj, odómetro, y los marcadores digitales de combustible y temperatura motor, además del selector de la caja automática. Es pequeño, y cuesta verlos en días de sol. con una presentación acorde al precio del producto. Los polímeros, tanto del tablero como el recubrimiento interno de las puertas podrían ser más blandos. Lo que está mal diseñada es la radio, con un sonido débil y un puerto USB (mini) que no es compatible con la mayoría de los reproductores o pendrives. Faltaron además mandos al volante para simplificar la operación de la radio.
UN 1.5 LITROS CORRECTO
Según idnca FAW, el Oley integra un motor heredado del Toyota Yaris (familia de motores 5A) con 1.497 c.c. de desplazamiento, cuatricilíndrico con 16 válvulas DOHC con VCT-i, que entrega 101 caballos de fuerza a 6.000 rpm y un par máximo de 135Nm a 4.400 rpm. Según el 3CV, la versión AT HB tiene homologados 11,2 km/l en ciudad, 17,5 km/l en carretera y de 14,5 km/l de consumo mixto. Las versiones mecánicas logran 11,6 km/l en ciudad, 17,4 km/l en carretera y de 14,7 km/l mixto. En este test logramos un mixto de 13,8 km/l.
La respuesta de este motor es ágil a medio y alto régimen, a bajas RPM costaba un poco que tomara fuerza. Ello se debe a una caja automática que está programada para pasar los cambios rápido, permitiendo un mayor ahora de combustible, perjudicando un mayor performance. El paso de los cambios y muy suave. Ahora, si apretamos el modo Sport el paso de los cambios cambia bastante, llegando más cerca de la zona roja. También tiene un botón Winter para las partidas en invierno, con caminos resbalosos, permitiendo una mejor tracción. a 120 km/l va sobre los 3.200 RPM, algo alto, por lo que una caja de cinco cambios hubiera logrado incluso un mejor consumo y respuesta del motor.
La aislación está bien lograda para los vehículos de su rango de precio y origen. Ahora, las puestas se sienten muy livianas al abrirlas, y al cerrarlas suenan mal. Además había una vibración el el cobertor del espacio de carga, y un «grillo» molesto en el tablero. La dirección es poco precisa y los frenos (disco y tambor) con ABS y EBD frenan lo que esperamos para este tipo de autos, correctos. La dirección tiene buena asistencia, pero con poco feeling para el conductor, un mal ya generalizado en las direcciones eléctricas.
Llevar al Oley a velocidad de carretera es bastante fácil, y sorprende su «tenida de ruta» tanto en ciudad como en autopista. La puesta a punto de la suspensión es lo mejor del Oley, muy suave, bien equilibrada y realmente copia todo, de las mejores dentro de los compactos chinos.
Para lo que vale y lo que anda (sobre todo si lo llevamos suave), esta versión automática del Oley no destiñe. Además, hay pocas opciones automáticas en este rango de precio. El espacio interior es correcto, dejando una buena sensación. ¿Qué faltó?, mejor el equipamiento de comfort (otra radio, controles al volante) y detalles de terminaciones que deben ir mejorando.
¿Qué te pareció el nuevo FAW Oley 2014?, coméntanos.
