Cuando apareció el Nissan GT-R golpeó el segmento de los deportivos de alta gama de forma muy violenta, ya que en aquel entonces estaba a un precio muy accesible, y tenía unas prestaciones que pondrían nerviosos a vehículos que tranquilamente lo doblaban en precio, incluso de marcas reconocidas deportivas.
Pero de eso ya ha pasado mucha agua bajo el puente, más de 10 años, lo que es una eternidad en la industria automotriz. Y al parecer seguirá corriendo el agua, puesto que varios informes indican que una nueva generación del GT-R aún le falta mucho por llegar, no es parte de las prioridades de Nissan, y nada ha pasado de las etapas de «ideas». De hecho podríamos esperar hasta el año 2027 por un nuevo modelo.
La culpa la tendrían las cúpulas más altas en Nissan, que no han dado instrucciones sobre cómo proceder con el nuevo modelo, ni han autorizado más recursos para un mayor desarrollo. Esperemos que en Nissan se decidan a hacer algo con el GT-R antes de que el antes conocido como «imbatible» pase a ser como el caballero cincuentón que aún celebra sus días de gloria en el equipo de barrio, cuando tenía menos de 20 y «pudo ser profesional, pero tuve una lesión».
