El aporte tecnológico de Citroen C4 VTS es verdaderamente apabullante y en él podemos encontrar soluciones que hasta ahora estaban reservadas a vehículos de un estatus muy superior. Su estampa proviene del conceptual C-Airdream, del cual toma algunos elementos del frontal y, sobre todo, el renovado diseño de la máscara. Ese nacimiento de un conceptual lo hace ser tan futurista y exótico.
El C4 VTS es uno de los pocos automóviles capaces de ofrecer un diseño tan especial y personalizado; uno de los ejemplares más innovadores presentado en el último tiempo en nuestro país. Como ya lo señalamos.
En la versión VTS, la más deportiva de la gama, con carrocería de tres puertas y un motor de 180 caballos, el equipamiento de serie incluye frenos ABS, control de estabilidad (ESP) y todos los airbags imaginables, pero también elementos inusuales en esta categoría como los faros bi-xenón direccionales (giran combinados con la dirección para iluminar el interior de la curva), o el limitador voluntario de velocidad.
Otro elemento novedoso es un volante en el que sólo se mueve el aro. La parte central permanece fija y en ella se concentran la mayoría de los mandos, lo cual permite acceder a múltiples funciones sin tener que separar las manos de él.
SOLUCIONES INNOVADORAS
El habitáculo tiene un aspecto atractivo y de calidad, pero el acceso a las plazas traseras, más bien justas de espacio, es incómodo para 3, pero justo para dos ocupantes. Como decíamos se distingue de otros modelos de este tipo porque la instrumentación está en el centro y porque el volante gira por detrás de una parte central fija.
La instrumentación principal tiene un velocímetro digital y se ve sobre una lámina translúcida, que varía automáticamente el contraste en función de la luminosidad ambiente. Esta lámina puede cambiar de color según el régimen del motor.
Sobre el volante hay que decir que los mandos, situados en el centro fijo, quedan muy alejados del volante y con los radios por medio y accionarlos requiere recorrer el volante con la mano y soltarla, sobre todo en el caso de la bocina, pues ocupa el borde inferior. Que la zona central del volante esté fija y no gire con el aro tiene ventajas e inconvenientes. La primera ventaja es que el airbag siempre salta en la misma posición, de esa manera puede tener una forma más adecuada para proteger al conductor.
La ventaja de que los botones del volante permanecen fijos, independientemente de que se esté moviendo el volante, no me parece una solución innovadora respecto al sistema clásico. Es una ventaja menor, debido a que, normalmente, los botones del volante sólo se utilizan en rectas, al menos en carretera. No tiene mucho sentido ponerse a cambiar la radio en curvas.
La zona central fija no impide que el volante se regule con amplitud en altura y profundidad. También el asiento del conductor se regula en altura, si bien no baja tanto como algunos conductores pueden desear. Aun así, se consigue una buena postura frente al volante.
Por detrás del volante está el cuentarevoluciones, que informa de las revoluciones del motor mediante un indicador de lineal que marca hasta 8.000 rpm para todos los motores de gasolina. En la zona central fija del volante van situados también los indicadores de las luces y los intermitentes. La palanca de cambios es fácil de operar, al igual que los pedales. La visibilidad posterior es el punto débil, ya que el alerón ubicado en el vértice de la luneta, obstaculiza la visibilidad por el retrovisor central y cuesta acostumbrarse.
MOTOR BRIOSO
Es muy cierto que a primera vista el Citroën C4 VTS es un interesante deportivo pero ofrece un comportamiento un poco menor de lo esperado, debido a ciertos baches en su performance. Bajo el capó está disponible una planta motriz a gasolina de 2 litros y 180 caballos que transportan los 1.337 kilos de peso total, sin embargo el desarrollo largo de la transmisión le resta un gran vivacidad a esta excelente planta motriz desarrollada por el grupo PSA y derivado de los modelos Peugeot 307 Feline y 206 RC.
El motor es ruidoso pero de gran torque, este actúa con eficacia en altas revoluciones. Sin embargo, a nuestro juicio, va unido a una caja de cambios donde se echa bastante de menos una sexta marcha dadas las altas revoluciones que circula sobre 120 km/h. Por su parte, la estabilidad es uno de los puntos fuertes del C4 VTS, junto a unos buenos frenos y a un tacto de conducción deportivo y agradable.
Puede alcanzar una velocidad máxima de 227 km/h y va de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos. Eso si exigiendo al máximo las relaciones de la caja, es decir entre las 6.000 y 7.000 rpm, lo que es un régimen bastante alto.
Su maniobrabilidad es óptima, gracias a una suspensión firme y a una dirección precisa muy precisa. La asistencia variable nos ayuda a mantener en todo momento la comunicación con el terreno con un muy buen feeling, otorgándonos una conducción deportiva, sobre todo en curvas. El valor que registra nuestra unidad de pruebas (2,0 VTS 3p) llega a los $12.790.000, según cifras publicadas por Citroën Chile.
