Chevrolet Trailblazer 2018: Ahora para las familias aventureras

por Equipo Rutamotor

Chevrolet se encuentra en etapa de expansión en Chile, sobre todo en lo que a lanzamientos se refiere. Para ampliar su gama en el ámbito de las SUV (se suma a la Tracker, Equinox, Traverse, Tahoe y Suburban), presentaron la segunda generación de la Trailblazer, la que llega tras nueve años de espera y con un concepto muy diferenciado frente a lo que ofrecía el modelo anterior. Es decir, ahora llegará desde Brasil con un conjunto pensado y preparado para salir de camino, con un motor turbodiésel que permitirá buen consumo y garantías para no quedarse en ningún lado. Recordemos, que el modelo anterior veía desde Estados Unidos con motores de alta cilindrada, en un concepto más ruta, de carretera.

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La propuesta 2018/2019 se presenta en una SUV de tres corridas de grandes dimensiones, con un despeje incluso más alto que su hermana, la camioneta Colorado, con quien comparte chasis, tren motriz, caja y detalles interiores, entre otros. Aterriza en una sola versión full 4×4 (con reductora) LTZ, con precios con bonos de CLP $19.990.000 (CLP $21.990.000, sin). La competencia está centrada en un nicho más bien específico, para quienes tiene familias grandes, y que les gusta la aventura y la vida offroad. Por ello, sus competidores se resumen, en dos, la nueva Toyota Fortuner y la Mitsubishi Montero Sport. Las estimaciones de GM para la Trailblazer borden las 40 unidades mensuales, y es reconocida como la sucesora de la Captiva, un nicho que Chevrolet no había cubierto.

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LA HISTORIA COMENZÓ…

El nacimiento de Trailblazer fue parte de un proyecto desarrollado a lo largo de cuatro años por General Motors, con más de 400 prototipos en los laboratorios de GM en Brasil. El modelo recorrió más de tres millones de kilómetros en el centro de prueba de Cruz Alta, antes de llegar a Chile, uno de los más grandes del Hemisferio Sur.

Llega equipada con un motor 2.8 litros turbo Duramax Diésel de cuatro cilindros, 200CV de potencia y 500 NM de torque. Tendrá una versión en Chile llamada Trailblazer LTZ AT 4WD (que probamos en Chiloé, ya les contaremos), destacando su amplio espacio interior de tres corridas de asientos tapizados en cuero, butacas delanteras eléctricas, climatizador automático con salida de aire independiente para todos los ocupantes, seis airbags, sistema integrado Mylink.

LÍNEAS REDONDEADAS

Mide 4.887 mm de largo, 1.870 mm de ancho, 1.845 mm de alto, 2.132 mm de ancho y tiene 2.845 mm entre los ejes. Me gustaron sus líneas, más bien redondeadas que llenas de lineas, y rectas angulosas como se presentan actualmente en las SUV  «más de ciudad». Lo que primero llama la atención de la nueva Trailblazer es su excelente despeje de 23 cms y 30° de ángulo de entrada, excepcionales frente a lo que ofrece hoy su competencia. Acá demuestra su «alma offroad», está lista para salir de viaje sin prácticamente topar en nada.

Los faros principales están ubicados en una posición más bien alta, y se acentúa su presencia debido a la gran barra cromada horizontal (con el clásico emblema de Chevrolet al medio), que divide parte de la parrilla y la estructura que contiene a los focos divididos en dos zonas. En general se aprecia moderna, también gracias, a su capó bien alto, pasos de rueda musculosos, mucho despeje entre las ruedas y la carrocería, y una silueta de postura agresiva En su diseño vemos que Chevrolet desarrolló un diseño que mejora el coeficiente aerodinámico consiguiendo una mejora de un 12% en eficiencia.

Cuenta con detalles cromados, en una grilla dual, que permite una mejor eficiencia aerodinámica, Luces DRL con Firma LED de un buen diseño, pero tampoco tan jugado. Se ve grande, muy alta, con barras de techo longitudinales, pisaderas laterales. Incorpora sensores de estacionamiento delanteros y traseros, además de llantas de aleación con detalle bi-tono de 18” bastante atractiva, con neumáticos mixtos firmados por Michelin (265/60 R18). Atrás, la solución es más bien común en sus ópticos, algo pequeños y rectos, con leds totales. Acompaña un gran portalón y un gran parachoque.

UN INTERIOR BIEN LOGRADO

Como en la nueva camioneta Colorado, acá su hermana Trailblazer también se aprecia bastante “Americana”, es decir con el diseño interior moderno, con detalles en la calidad de los plásticos que todavía puede mejorar, sobre todo en la parte del tablero, con polímeros duros de una calidad regular. Al centro de este veremos un  display y radio que vemos en otros modelos del grupo, como la radio, climatizador y botones inferiores, muy similares a la Colorado  y también a la Silverado. Destaca también el nuevo volante multifunción y esta gran pantalla táctil de 8” con el sistema de infoentretenimiento My Link. Al centro los clásicos relojes de velocimetro y tacómetro, acompañado al centro por una pantalla multifunción con datos del computador abordo y algunas otros funciones y testigos.

En general la Trailblazer es bastante amplia, con asientos cómodos adelante, y con regulaciones eléctricas en el full, Atrás el espacio es bastante correcto. La gracia, además, es que asientos posteriores también permiten regulación de los respaldos, permitiendo quedar bastante acostados. El espacio sobra en las tres filas, probamos la tercera corrida y es bastante cómoda en alto, ancho y largo, permitiendo ir a adultos con soltura, incluso para viajes largos.

UN EXCELENTE DURAMAX

Llega en una sola versión con un motor de cuatro cilindros y 2.8 litros turbodiésel, que fue desarrollado por General Motors bajo las siglas «Duramax», marca largamente asociada a GM para el desarrollo de motores diésel. Eroga 200 caballos de fuerza y 500 de torque máximo y tiene un consumo homologado por el 3CV (Consumo Vehicular) en ciudad de 7,6 km/l, de 12 km/l en carretera, logrando un mixto de 9,9 km/l. Lo probamos poco, en una hermosa ruta en las cercanías de Castro (Chiloé) por unos 100 kilómetros, poco para medirle consumo. Cuando nos toque probarla más en extenso lo haremos.

Llega con una nueva automáticas de las mismas relaciones, todas también acompañadas por un selector de tracción electrónico con los clásicos modos: 2H, 4H y 4L. La probamos en caminos de tierra secundarios con hielo (bastante peligroso porque la ruta estaba congelada en la manaña del día de pruebas) pero que sirvió bastante para descubrir sus extraordinarias aptitudes offroad, No quiero, ser muy extenso acá, para dejar espacio al posterior test drive que haremos en Santiago (ojalá con una ruta posterior). Pero, la Trailblazer es lejos la SUV con mejores aptitudes para fuera de camino. El conjunto motor/caja es excelente, hay torque siempre, con una gestión electrónica de la caja automática que permiten que la Trailblazer se desplace con soltura donde sea, vaya llena o vacía de ocupantes. 

Copia todo, los recorridos están muy bien calibrados, sin perdidas de tracción por malo que se ponga el camino. Y si ello pasa, los elementos eléctricos actúan y muy bien, como el control de descenso, entre otros. La llevamos hacia una playa (ver fotos) y se comportó excelente, con un comfort de marcha e insonorización que llama la atención. Se nota las horas de trabajo de los ingenieros de GM e este aspecto.

OFFROAD DE EXCELENCIA

Sobre su motor y  dinámica de manejo, tambuién destacamos también las mínimas vibraciones del motor, que es algo «ruidoso» de funcionamiento pero si estamos afuera o abrimos el capó. Su tenida de ruta es óptima, se siente alta,, con una posición de manejo bastante elevada, algo también poco común hoy. Hay una buena visibilidad para los lados y algo menos para atrás.

Otro punto a destacar, es su bien lograda dirección eléctrica EPS, bien calibrada con una suavidad de movimientos destacable, un excelente radio de giro y el tacto necesario para sentir donde está pisandola Trailblazer 2018. Este motor empuja con fuerza desde abajo, y como decíamos, muy bien acompañado con una caja automática reactiva a la hora de pasar cambios y enganchar si es necesario. El rango en donde mejor se comporta es entre las 1.800 y las 3.500 RPM. Es muys poco “rebotona” ante los movimientos bruscos tanto en aceleraciones como frenajes, ello si consideramos lo alta que es, otro punto a destacar.

En conclusión, la nueva Trailblazer es una «SUV a la antigua» que sorprende por su comportamiento dinámico, sobre todo fuera de ruta, donde está en su mejor hábitat. Ello, no quiere decir que ande mal en carretera, donde tambien anda bastante desahogada. El cojunto motor/caja/chasis está tan bien logrado que lo hacen una SUV que hay que conocer, en espacial para los que tiene varios hijos y les gusta salir a recorrer. ¿Qué opinas?

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