Hace un tiempo que BMW tenía algo abandonada su línea de vehículos eléctricos, tras el estreno pomposo del i3 e i8 que fue ya hace bastante tiempo. Pero la línea eléctrica i ya tiene un nuevo integrante, que tomará el lugar como el tope de línea eléctrica: el iX.
Como va el mundo actualmente, no podía ser otro tipo de vehículo sino que un SUV. En cuanto a tamaño es cercano a un X5, con un frontal de doble riñonera evolucionada y más poligonal, que recuerda al polémico frontal del M4, con una función puramente estética y donde se ubican sensores y cámaras.
Las líneas laterales tienen un aire al i3, con la franja horizontal detrás del pilar C que conecta las ventanas laterales con la ventana trasera. Por tener tan poco despeje del piso (para mejorar la aerodinámica) y neumáticos de bajo perfil, le dan un aspecto algo «gordo», dando una sensación similar a la que se tiene cuando le dicen que el Tesla Model X es un SUV.
Por dentro predomina un estilo minimalista, ya que casi todo está gobernado a través de las pantallas táctiles sobre el tablero. La sensación de amplitud es gracias a un gran techo panorámico y un parabrisas que cruza hacia el techo. En la consola central entre asientos se ubica un par de controles, con un gran nivel de detalle y acabado.
Bajo el capot (o la carrocería general, en realidad) están dos motores eléctricos, parte de la quinta generación de la plataforma eléctrica eDrive de BMW, que destaca por utilizar un porcentaje mucho menor de materiales escasos como tierras raras. La potencia máxima combinada es de casi 500 hp (370 kW) gracias al kit de baterías de 100 kWh, que debería entregarle una autonomía superior a los 500 kilómetros. Gracias a la posibilidad de carga rápida de hasta 200 kW, puede llegar desde el 10% hasta el 80% en 40 minutos.
Este nuevo modelo comenzará a ser fabricado a partir de mediados del próximo año en la planta de Dingolfing (Alemania).
