El fabricantes de airbags y otros equipos no pudo resistir más y se declaró finalmente en quiebra, tras un largo proceso y caída de reputación, producto de los múltiples problemas que tuvieron sus airbags en varias marcas automotrices, que incluso aún siguen en investigación por un grado de culpabilidad en accidentes y muertes en accidentes.
La marca japonesa se vio agobiada por los acuerdos de reparaciones a los que llegó con diferentes marcas, lo que le impediría poder seguir produciendo equipos, lo que sumado a la mala imagen que se ha ganado, les ha hecho más difícil encontrar nuevos socios para poder mantener el negocio. Los activos de Takata serán comprados casi en su totalidad por la empresa Key Safety Systems, quienes proveerán a los antiguos clientes de Takata y mantendrán en funcionamiento las instalaciones.
Recordemos que el problema de Takata nació por las investigaciones tras descubrir que habían unidades defectuosas de airbags, que al momento de explotar lanzaban esquirlas metálicas que dañaban a las personas, e incluso aún se le acusa de haber causado la muertes de algunas de ellas tras los impactos. Takata tenía airbags instalados en vehículos de Mazda, Toyota, General Motors, Ford, Honda, Nissan, BMW, Subaru, entre otros, llegando a un estimado de 100.000.000 vehículos con airbags defectuosos.
