En Range Rover marcaron un hito al presentar su primer vehículo híbrido enchufable, para ayudar a combatir y disminuir las emisiones de sus motores, generalmente de gran tamaño. Pero para estrenarlo eligieron al Sport, modelo que no es fácil de relacionar con alguien que busque menores consumos o menos emisiones.
Sin embargo, la gracia es que al ser un modelo «nicho», deportivo y de mayor notoriedad, permite poner en la palestra lo que han logrado desarrollar con su tecnología. La plataforma híbrida se basa en un motor 2.0 turbo (de la familia de motores Ingenium de Jaguar Land Rover) que trabaja en conjunto con un motor eléctrico, montado entre el motor a combustión y la caja de cambios. Así, con el motor turbo de 300 hp más el motor eléctrico de 116 hp, el Range Rover Sport P400e (denominación para el modelo híbrido) tiene 404 hp y 640 Nm en total.
El pack de baterías que alimenta el motor eléctrico es de 13.1 kWh, que se cargan a través de una toma de corriente casera en 7 horas, o en menos de 3 horas usando el arranque de corriente dedicado de 32A. La plataforma tiene una autonomía nominal de casi 30 km/litros, con 64 g/km de emisiones de CO2, y una autonomía eléctrica de 50 km. Lo más seguro es que el consumo y autonomía eléctrica serán menores en condiciones normales de uso, pero aún así, nada de mal para una suv grande de 400 hp.
