La industria automotriz tiene claro que las SUV son máquinas de imprimir billetes, más aún si están en el segmento premium, donde cifras que unos diez años atrás eran impensadas, hoy son «normales»; donde las marcas cobran sin asco, y los compradores pagan sin titubear.
Era es la principal misión del Urus, atraer ventas y generar ingresos para Lamborghini. Pero ni siquiera el CEO de la marca, Stefano Domenicali, pudo vaticinar el éxito que sería este modelo, que si bien parte en los USD$200.000 (en EEUU) la mayoría de las unidades se han vendido por sobre los USD$240.000 gracias a los extras y opcionales.
Esto además ha significado que nuevos clientes lleguen a la marca, ya que para aproximadamente un 70% de los compradores del Urus, es su primer Lamborghini, incluso en países donde la marca no ha logrado destacar, como Rusia e India.
Si el año 2017 la marca vendió a nivel mundial 3.815 unidades (un 10% más que en 2016) esperan terminar este 2018 con cerca de 5.000 unidades vendidas. Domenicali cree que «al menos» 1.000 de esas unidades extra vendidas serán gracias al Urus.
