En General Motors Corea la situación está bastante complicada para la compañía, que se encuentra actualmente en negociaciones con el Sindicato de Trabajadores Coreanos del Metal, las que a tres días del plazo final no logran llegar a acuerdo y se mantienen muy tensas.
La última reunión entre los ejecutivos de la compañía y representantes del sindicato fue cancelada, ya que desde el sindicato objetaron el que la reunión sea monitoreada por el circuito cerrado de cámaras del edificio. Los ejecutivos consideraron esto como una medida de seguridad, tras el ataque a las oficinas que algunos trabajadores hicieron a principios de este mes por la eliminación de unos bonos.
Después de esto no ha habido un nuevo acercamiento entre las partes, y desde GM Corea han amenazado con declararse en bancarrota si es que no se llega a un acuerdo antes del 20 de abril, fecha límite para tener listo el nuevo contrato.
Por si fuera poco, el banco de Corea ha dicho que «necesita más tiempo» para decidir si le darán más financiamiento o no a GM Corea, aunque es poco probable que no lo haga, por la cantidad de empleos que la compañía genera en el país.
General Motors ha entrado en una nueva etapa de «quemar grasa» al deshacerse de marcas o mercados no rentables. Recientemente vendió Opel al grupo PSA, y anunciaron planes para que Chevrolet salga como marca de India y Sudáfrica, pero no sé que tan poco rentable sea la división coreana como para venderla, ya que allí se desarrolla y fabrica una parte importante de su línea internacional.
